Una creencia muy extendida alrededor del ejercicio de la Declaración de la Renta es el de tener que pagar más en el caso de haber tenido dos o más pagadores.
Podríamos decir que esta afirmación no es del todo cierta, sin embargo, es necesario que la aclaremos para poder entenderlo mejor.
Dos pagadores
Las situaciones por las que se llegan a tener dos pagadores en un mismo año fiscal pueden ser diversas. Entre otras, puede deberse a:
- Un cambio de empleo, que provoque que durante una parte del año se trabaje en una empresa y el resto, en otra.
- Simultanear un trabajo con otros empleos y colaboraciones.
- Estar en paro cobrando algún subsidio o la prestación por desempleo y posteriormente trabajar en una empresa o viceversa.
Este año encontraremos esta situación en muchas personas debido a la situación de ERTE a causa de la pandemia.
ERTE
2020 cerró con más de 750.000 trabajadores en esta situación, pero a lo largo del año el procedimiento ha afectado a mucha más gente. El Ministerio de Hacienda parece que pretende tomar medidas para que estas personas no se vean afectadas. Sin embargo, todo apunta a que los afectados por los ERTE estarán obligados a presentar la declaración de la renta y además, probablemente tendrán que pagar.
El resultado de la declaración depende de las retenciones del IRPF que se hayan ido realizando a lo largo del año. Las prestaciones del SEPE cuentan como un pagador adicional y sus retenciones son prácticamente nulas. Por lo que es posible que ahora haya que ajustar la cantidad de dinero que no se ha adelantado durante 2020.
Retenciones mínimas
Cuando se tienen dos pagadores es más frecuente que la declaración te salga a pagar. El motivo suele ser que el segundo pagador realiza las retenciones como si fuera el único pagador del año, sin tener en cuenta los ingresos provenientes de otros pagadores y por lo tanto, aplica un porcentaje de retención menor.
En el momento de realizar la Declaración de la Renta vemos que nos tendrían que haber retenido una cantidad mayor, por lo que tenemos que rendir cuentas a Hacienda abonando la diferencia de retención.
Una solución para no tener que pagar en la Declaración es que pidamos voluntariamente a las empresas que realicen la retención de IRPF que nos corresponde.
En cualquier caso, cualquier contribuyente está obligado a hacer la declaración si sus ingresos superan los 22.000 euros anuales. Pero el umbral baja a los 14.000 euros cuando hay más de un pagador y la suma de lo percibido del segundo supera los 1.500 euros. Es decir, si se han percibido más de 1.500 euros del SEPE y la suma de todos los ingresos (los percibidos en ERTE y los salarios brutos recibidos de la empresa), habrá que hacer la declaración.