El Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, fue entrevistado hace unos días en El Intermedio, de la Sexta, realizando varias declaraciones en lo concerniente al Ingreso Mínimo Vital (IMV).
Si bien es cierto que las declaraciones que hemos obtenido de la corta entrevista son poco sustanciales, analizamos las más importantes.
La entrevista comienza pidiéndole al ministro un balance de los seis meses de vida que tiene el IMV, a lo cual responde lo siguiente:
- Han recibido cerca de 1.100.000 solicitudes en total, a un ritmo de unas 12.000 mil a la semana.
- Han tramitado unas 800.000 mil solicitudes, de las cuales la mitad han sido denegadas.
- La mayoría han sido denegadas por incumplir requisito de renta y patrimonio.
- Están en proceso de evaluación ante el gran número de solicitudes denegadas.
¿Qué podemos sacar de este balance? Nada que no sepamos ya.
Avalancha de solicitudes
Escrivá se empeña en recalcarnos el gran volumen de solicitudes que han recibido, lo que no se entiende es lo inesperado del asunto. Teniendo en cuenta el enorme volumen de pobreza que sufre España, y las numerosas familias que viven con carencia de ingresos, siendo así mucho antes de la pandemia.
Es de lógica que el número de solicitudes se haya incrementado debido a la situación derivada de la Covid-19, pero no cabe duda de que, si esta prestación se hubiese lanzado en un contexto sin pandemia, también se hubiese dado este colapso en las tramitaciones.
En cuanto a las solicitudes denegadas y la supuesta evaluación que están por realizar, como ya hablamos en un anterior artículo, creemos que llega tarde.
Desde un principio se detectaron fallos en la manera de contabilizar los ingresos totales de la unidad de convivencia, no ajustándose a la realidad. Y por consiguiente, dando como resultado denegaciones a familias que cumplen los requisitos ya que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Durante la entrevista le pidieron explicaciones al ministro Escrivá, en cuanto al escaso número de solicitudes tramitadas y a la larga espera. Ante ello respondió que, este procedimiento no es nada fácil y están haciendo lo máximo que se puede hacer.
Expectativas excesivas
Además, confiesa que quizá se crearon unas expectativas excesivas en cuanto al ritmo en el que iban a poder resolver los expedientes. Da a entender que posiblemente fuese por falta de conocimiento, aunque no aclara si dichas expectativas las creó el Gobierno, la administración o la propia población.
Sin lugar a dudas, el ministro aquí deja un par de frases que no se pueden pasar por alto. No es posible que hable de “expectativas excesivas” y una “falta de conocimiento”, y quede así sin más. No quiere especificar de quién es la responsabilidad ni a qué se refiere con una falta de conocimiento. ¿Acaso no cuenta el Gobierno con los umbrales de pobreza del país?, ¿No contaban con una estimación de las personas en ERTE y desempleo?.
No es posible que se enfrenten a una prestación a nivel estatal sin datos suficientes, con los que prever los recursos necesarios para llevarla a cabo con éxito. Pese a que su activación fuera acelerada debido a la crisis sanitaria.
Rentas mínimas y servicios sociales
También afirma que, mirando hacia las comunidades autónomas las rentas mínimas pertenecientes a cada una de ellas no se pusieron en marcha en tan pocos meses. Entonces, ¿por qué marcar plazos de tres meses para resolver las solicitudes, haciendo creer a las familias que recibirían su respuesta en un corto periodo de tiempo?
El ministro Escrivá también insta a las familias que están esperando respuesta del IMV que no duden en hacer uso de las rentas autonómicas de su comunidad, y de los servicios sociales de su ayuntamiento correspondiente.
En un principio esto podría ser algo lógico, el problema viene cuando para solicitar la renta mínima autonómica. Te piden como requisito que solicites el IMV, y hasta que no recibas resolución de este no se seguirá tramitando la renta mínima. Con lo cual, da a entender que el ministro no conoce ni de lejos la realidad de los sistemas que se han establecido en cuanto a unificación y supuesta coordinación de las autonomías con la administración estatal.
En lo que se refiere con las administraciones locales, Escrivá afirma que quieren llegar a un acuerdo con las trabajadoras sociales de los ayuntamientos. Es decir los servicios sociales comunitarios, para que tengan más capacidad de tramitación y facilitación del IMV, ya que valoran una mayor cercanía con los usuarios.
Esto se traduce en delegar en los servicios sociales comunitarios competencias, que en un principio debería asumir la Seguridad Social. Creando mayor volumen de trabajo en un sector muy saturado y con escasísimos recursos en materia de personal contratado.
La brecha digital
Cuando se le hace mención al ministro de las dificultades que los usuarios han tenido a la hora de rellenar la solicitud, no duda en dejar caer que él personalmente no ha encontrado tal complicación.
Reluce la poca conciencia que Escrivá tiene para con la población destinataria de esta ayuda ya que:
- Un gran porcentaje no tiene acceso a internet.
- No todas las personas tienen conocimientos relacionados con las tramitaciones online.
- El rellenar solicitudes no es algo con lo que la población esté familiarizada. Ciertos campos y conceptos que se piden no son lo suficientemente claros como para que no deje lugar a dudas.
- El tener que adjuntar documentación no es tarea sencilla y más aun en los casos de unidades de convivencias extensas. En los que el volumen de documentación a presentar se multiplica.
Nuevas contrataciones en el INSS
Ante tal situación, por la cual parte de población potencialmente beneficiaria de la prestación no ha podido presentar su solicitud, el ministro declara que están tratando de poner solución. Al parecer, están en proceso de contratar a expertos, además de colaborar con ONGs para modificar y simplificar la solicitud a presentar.
Cosa que a nuestro criterio también está llegando tarde. Ya que estas trabas se están dando desde un principio, y no se ha hecho nada en estos seis meses para solucionarlo.
En cuanto a la casi imposibilidad de acceder a cita presencial, el ministro afirma que también están trabajando en ello, y que están reforzando el personal con nuevas contrataciones para una mayor fluidez en las citas presenciales.
Admite que en un principio tuvieron problemas con el sistema de cita previa, y que ello perjudicó a la población que no podía realizar su solicitud vía online, sin embargo, confirma que los usuarios ya pueden notar una mayor descongestión al acudir de manera presencial a la Seguridad Social.
Declaraciones finales
Por último, ante las declaraciones del vicepresidente Pablo Iglesias. En las cuales manifiesta que deberían avergonzarse por el hecho de que el IMV no esté llegando a las familias a estas alturas, el ministro piensa que, en su caso, no es así.
Para él no es motivo de vergüenza, ya que sostiene que están haciendo todo lo que está en su poder. Que la falta de funcionarios la están corrigiendo y que aquellas familias que se encuentran a la espera de respuesta la tendrán, pero no menciona ningún plazo para ello.
En conclusión, vemos como una vez más Escrivá trata de justificar de manera dispersa todos los fallos que está teniendo la gestión del IMV. No se concreta nada, parece que las declaraciones se repiten a lo largo de los meses, y que, al final, nunca se ven resultados razonables.
La única certeza que tenemos es la de las familias que llevan meses sin poder hacer frente a sus gastos. Que apenas tienen para alimentos y que por parte del Gobierno, no están recibiendo más que incertidumbre y frustración.