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Cuando existe violencia vicaria se produce un desamparo judicial hacia los menores pero sobre todo con los hijos de maltratadores.
En un proceso judicial en el que en medio de dicho proceso han habido casos de violencia vicaria la justicia no puede tratar a los menores como a un justiciable más. Ya que a estos el hecho de citarlos a testificar como si fueran un adulto supone un choque a nivel emocional y sobre todo psicológico. Como indican algunos magistrados “Si este ambiente ya sobrecoge a los mayores, imaginad a los niños”.
Frialdad en el trato hacia los menores
En dicho proceso se les trata con mucha frialdad en la que no se tiene en cuenta como se puede sentir el o la menor en dicho momento y tampoco se tiene en cuenta todo lo que ha habido en el domicilio familiar.
Como en muchos de los casos, en uno de ellos una niña que había sufrido una violación a manos de un familiar, cuando fue a declarar delante del juez se hizo sus necesidades encima por el hecho de tener que volver a recordar todo lo sucedido, con el nerviosismo que traía consigo y por la frialdad en la que se tratan los casos.
Mejores medidas de protección
Por ello, es necesario que se lleven a cabo medidas de protección a menores víctimas de violencia vicaria. Ya que estamos ante una violencia inconcebible en el que los menores son tratados como víctimas indirectas cuando en realidad no existen víctimas directas o indirectas únicamente víctimas que sufren vejaciones a manos de familiares.
Como por ejemplo, de los hijos de Ana Orantes ¿Quién se preocupó de ellos?
Trato adaptado al nivel
Es necesario, una mayor participación de los fiscales en los procedimientos judiciales por violencia vicaria con menores y que estos sean tratados como menores y no como personas adultas.
En definitiva, los menores son los grandes olvidados en todos los procesos judiciales ya sea en casos de violencia vicaria, separaciones o divorcios. No se tiene en cuenta en ningún momento como se siente el o la menor y si es necesario que pase por todos los procesos que pasa un adulto con el fin de dictar sentencia.