[tie_list type=»checklist»]
- Suscríbete a nuestro canal de Telegram, si quieres recibir nuestras publicaciones en tu móvil
- La soledad no deseada
- Las personas pobres no merecen disfrutar del ocio
- Los jóvenes y las nuevas tecnologías: un arma de doble filo
[/tie_list]
La soledad es un fenómeno de gran importancia, el cual aumenta cada día y que, las sociedades de nuestro siglo no parecen percibir o directamente invisibilizan.
Como bien sabéis, estamos ante una población envejecida y esto conlleva a que se acentúen mucho más las situaciones de soledad. Es cierto, que también existen otros factores socio-estructurales como son los cambios en nuestra forma de vida, la creación y evolución de sociedades más individualizadas, tener un ritmo de vida mucho más frenético, el crecimiento de las ciudades y la despoblación del medio rural que han contribuido a que ese sentimiento de soledad que existe en nuestra sociedad aumente y sobre todo que se perciba en las personas mayores.
Soledad en aumento
En el año 2019 ya eran casi 4,7 millones de personas que vivían solas mayores de 65 años. El año 2020 se cerró con casi 100.000 personas más que en 2019 viviendo solas en España. Y de esas 96.200 nuevas solitarias, casi la mitad tienen 65 años o más. La tendencia es que estas cifras vayan en aumento y cada vez más personas vivan solas.
Además, debemos distinguir entre la soledad elegida y la soledad no deseada. En cuanto a la primera, el que una persona elija vivir sola no existe un problema como tal, pero en cuanto a la segunda, la soledad no elegida, sí que tiene consecuencias negativas para la persona que lo sufre.
Una cuestión de salud publica
La Organización Mundial de la Salud considera la soledad no deseada una cuestión de salud pública, porque puede tener efectos importantes en la salud de las personas, entre otros, deterioro cognitivo, depresión, pérdida de movilidad, enfermedades cardiovasculares y mortalidad temprana. La soledad es un problema cuando genera aislamiento social (soledad y aislamiento social no son lo mismo) y sentimiento de soledad.
Por ello, para poder abordar la soledad no deseada en las personas mayores, se requiere de un enfoque y trabajo transversal. En donde todas las políticas sociales estén implicadas en trabajar por y para las personas que viven solas y el bienestar de estas.
Además, se requieren campañas de sensibilización social y transmisión de valores de inclusión y solidaridad en la sociedad y sobre todo la idea del apoyo mutuo y la interdependencia. También de, llevar a cabo actividades comunitarias y culturales creando espacios entre la población más joven y hacerles partícipes de la problemática que conlleva la soledad en las personas mayores y como les puede afectar a estos en un futuro.
Aunque en el caso de las personas mayores, la problemática parece ser invisible a los ojos de la sociedad. Recordar, que este fenómeno no es una situación puntual sino un fenómeno complejo que se ha convertido en un problema social y en un gran reto actual.