¿Hemos aprendido a conocernos en tiempos de pandemia?
Depresión, hablemos abiertamente por nuestra salud
Empezar a escribir un artículo que contenga la palabra “menstruación”, es bastante complicado ya que el hecho de que aparezca esta palabra ya es suficiente motivo para que muchas personas dejen de leer. Esto es claramente un reflejo y una prueba más de cómo funciona nuestra sociedad. Hablar de menstruación no está bien visto, ni tampoco se considera que sea un tema del que sea necesario hablar. ¡Qué gran error!
Permiso menstrual si, permiso menstrual no
Por suerte, parece que las cosas van poco a poco cambiando. Hasta tal punto, que vuelve a estar encima de la mesa como un tema prioritario el debate sobre “permiso menstrual si, permiso menstrual no”. Un debate que en España nos puede parecer novedoso, pero en países asiáticos como Japón la ley contempla este derecho desde el año 1947.
Lo primero que me gustaría contaros es que tenemos dos ejemplos en España que ya cuentan con este tipo de permiso. Por un lado, el Ayuntamiento de Girona que ha sido pionero en España al poner en marcha este tipo de medida. Las empleadas de este Ayuntamiento pueden acogerse a un permiso de un máximo de ocho horas al mes si se encuentran indispuestas mientras tengan el periodo. Pero ¡ojo! Estas ocho horas deben ser recuperadas en los posteriores meses. La misma medida se ha aprobado el pasado septiembre también en el Ayuntamiento de Castellón de la Plana. Y aquí nos encontramos el primer dilema sobre este permiso:
¿Deben ser las horas de este permiso recuperables o remuneradas?
Muchos expertos y expertas han querido dar su opinión sobre esta cuestión. Por una parte, nos encontramos muchas personas que entienden que si tienes que recuperar esas horas más que un permiso es simplemente una ausencia justificada que no tiene más beneficio que el de la comodidad de no tener que acudir al trabajo.
Sin embargo, otro porcentaje de profesionales defienden la idea de que instaurar el permiso teniendo que recuperar las horas deja claro que la menstruación no es una enfermedad. Entendiendo por tanto que si “realmente” estás enferma entonces optarás por una baja médica. Por eso, cuando se habla de permiso por menstruación no se están incluyendo enfermedades derivadas como la endometriosis. En este caso, se entiende que se escogería la opción de una baja médica.
Es importante recalcar en este punto que un “simple” síndrome premenstrual puede generar náuseas, vómitos, dolores de cabeza o incapacidad para seguir con la vida cotidiana. Y que, si por si esto fuera poco, estos síntomas pueden verse agravados debido al estrés laboral.
Por otra parte, nos encontramos con una postura más. La que defienden las personas que opinan que el hecho de que sean recuperables hace que sea menor el riesgo de discriminación a las mujeres por esta cuestión. Y aquí nos lanzamos de lleno al siguiente dilema:
¿El permiso menstrual conlleva un riesgo de discriminación?
Antes de seguir con esta segunda cuestión, me parece imprescindible matizar que el hecho de invisibilizar un proceso fisiológico que puede conllevar a un malestar físico tan grave como para que muchas mujeres se puedan encontrar incapacitadas, ya es por si mismo discriminación. Más aún cuando se intenta hacer creer a toda mujer que menstrua que sentir dolor es algo normal y que no podemos quejarnos porque entre otros motivos, podríamos perder nuestro trabajo.
Dejando esta puntualización a un lado, pero sin dejar de tenerla presente. Vamos ahora a hablar sobre los datos recabados por la marca “Intimina” en su I Encuesta sobre Menstruación y Entorno Laboral”. Según sus resultados el 66% de las mujeres españolas están a favor de la baja laboral por menstruación y el 69% cree que los dolores asociados al ciclo menstrual están estigmatizados en el entorno del trabajo. La consecuencia clara de esta realidad es que vivimos en una sociedad donde se normaliza trabajar con este tipo de dolores.
¿Puede ser un motivo de discriminación?
Asimismo, cuando les preguntaron por la posibilidad de aprobar esta posible medida, un 75% consideró que este derecho sería un arma de doble filo, convirtiéndose en un motivo más de discriminación en el trabajo. Algunas mujeres han declarado que esta medida sería cómo llevar un cartel que diga que al ser mujer todos los meses vamos a enfermar y por tanto, las empresas podrían usarlo como un motivo más de discriminación.
Por el contrario, en el lado opuesto nos encontramos con expertas en menstruación que defienden la necesidad de este permiso para poder poner en la palestra un problema tan habitual como es el dolor menstrual y muchas veces inhabilitante que, generalmente, pasa desapercibido y no es investigado.
Causas asociadas
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) un tercio de la población femenina que menstrua sufre dismenorrea. Se trata de un dolor intenso en la zona pélvica y abdominal antes y/o durante la menstruación que puede venir acompañado por náuseas, vómitos y mareos.
Aun así, las y los profesionales de la ginecología exponen que 3 de cada 4 mujeres no acuden a consulta si sienten dolor durante la regla porque lo asumen como algo inherente y natural. Sin embargo, la menstruación no tiene por qué doler y si duele, se debe investigar la causa de ese dolor para poder dar soluciones a la paciente. En vez de como suele ocurrir, que muchas mujeres normalizan tener que medicarse o mejor dicho automedicarse para poder aguantar su ritmo de vida.
Hablemos abiertamente para normalizarlo
El debate está encima de la mesa y es hora de hablar para encontrar soluciones, lo más optimas posibles pensando en las personas que sufren esta problemática.
Sin intentar invalidar el sufrimiento de muchas mujeres con argumentos tan absurdos como que la menstruación es un proceso natural porque eso no significa que haya que aguantarlo todo. Y por favor, tampoco pequemos de pensar que todas las personas viven y sienten igual este proceso, cada cuerpo funciona de una manera. Si tú no sientes dolor, no caigas en el error de pensar que el resto sólo quiere quejarse o ausentarse de sus responsabilidades, comprendamos que cada persona es diferente.