La mediación es un servicio que ofrece resolver los conflictos, con la intervención de un profesional, cuya función es lograr que las partes enfrentadas, se escuchen y comprendan, para de este modo alcancen un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
La base de la intervención reside en:
- Que todas las partes ganen, por lo que la negociación que establecen se enfoca en que ambas partes logren acuerdos beneficiosos.
- La mejora de la comunicación, para en el futuro ser capaces de negociar satisfactoriamente.
- Aprender a gestionar el conflicto, el cual no es visto como negativo, sino como el resultado de las relaciones que se establecen, y desavenencias, que permiten un desarrollo personal, bien gestionado.
La intervención desde la perspectiva de los profesionales de la mediación, no se enfoca a imponer acuerdos, sino en allanar el terreno, para lograr un entendimiento, comprender la necesidad implícita en el conflicto de cada parte enfrentada. Es un agente neutral, que actúa facilitando la comunicación, para que se comprendan y desde ahí negocien. No es quién dictará la solución, como sucede en los juzgados, porque esta la alcanzarán las personas que viven el conflicto.
La neutralidad implica la ausencia de juicio por parte del profesional, lo que implica el no posicionarse, no apoyar o alienarse con ninguna postura del litigio.
Para iniciar un proceso de mediación, es importante que ambas partes estén de acuerdo en iniciarlo, puesto que de otro modo es inviable lograr desarrollarlo con éxito. También es fundamental que ambas partes estén en un equilibrio de poder, que no exista coacción o imposición, por ello es imposible mediar en situaciones de violencia de género. Ahí una excepción y es la mediación padres-hijos, pero únicamente sobre cuestiones muy concretas, como el horario de llegada a casa, y con adolescentes, y sin cuestionar la autoridad de los padres.
Hay que tener en cuenta que la mediación actúa sobre la comunicación, y es por esto que en este caso es factible, puesto que mejora la comunicación entre hijos y padres, pero en situaciones donde una persona ostenta un poder sobre la otra, no es posible negociar, puesto que hablamos de situaciones complejas, y necesita más de actuaciones terapéuticas. Porque el conflicto es una situación concreta, donde dos o más personas tienen intereses contrapuestos, respecto a dicha situación, que entran en confrontación, oponiéndose, y actuando antagónicamente, para neutralizar, dañar o lograr su objetivo.
El beneficio personal y social de la mediación es amplio, puesto que para comenzar:
- Los acuerdos alcanzados se cumplen con mayor frecuencia, que si otra persona impone la solución. Esto es debido a que las personas participan activamente en la resolución de sus conflicto, llegando a acuerdos satisfactorios, mejorando su autoestima y comunicación, lo que permite comprender mejor lo que sucede, y alcanzar la mejor opción posible.
- La mejora en la comunicación facilita la implantación de una cultura de paz, basada en la mejora de la resolución de conflictos, evitando situaciones de violencia, y mejorando las relaciones interpersonales, puesto que las personas son más capaces de resolver sus propios conflictos, sin mediadores.
- Mejora las habilidades sociales, y la gestión de las emociones, porque se sienten comprendidas, las personas participantes, permite exponer lo que sienten y les molesta, y se siente importante en todo el proceso.
- El coste es menor, puesto que un proceso de mediación no excede de 10 sesiones, lo que desatasca también los juzgados, y reduce el coste económico, al no estar en permanente litigio judicial.