Confirmado: estos son los 3 consejos que debes seguir para no perder la fianza de tu piso de alquiler

La fianza de un piso de alquiler es un derecho que todo inquilino debe y quiere proteger todo lo que se pueda, pero, por desgracia, este tema es algo que muchas veces se convierte en fuente de conflicto entre arrendadores y arrendatarios. Esto ocurre principalmente porque los propietarios pueden retener parte del depósito alegando desperfectos o gastos de limpieza, aunque muchas veces estos descuentos no estén justificados, motivo por el cual saber cómo manejar la fianza desde el inicio del contrato es clave para no perder tu dinero.

Lo primero que debemos hacer es que, desde el primer día que entramos en ese piso, nos anticipemos a las posibles reclamaciones que nos puedan llegar, algo que se puede conseguir documentando el estado de la vivienda desde que ponemos un pie en ella, que (obviamente) cuidemos de la casa lo mejor posible y que cuando nos vayamos a ir, gestionemos correctamente la devolución de la misma, garantizando de este modo que el importe íntegro de la fianza llegue de nuevo a nuestros bolsillos. En un principio, estos consejos parecen muy básicos, pero seguirlos puede marcar la diferencia en el momento en el que abandonemos lo que durante un tiempo fue nuestro hogar.

Los mejores 3 consejos para no quedarte sin tu fianza

Documenta todo desde el primer día

Tal y como ya te hemos adelantado al inicio de este artículo, el primer consejo que debes seguir para que el día de mañana no se nieguen a devolver la fianza es dejar constancia del estado del piso desde el principio, es decir, nada más entrar por la puerta principal. Para ello, lo mejor que puedes hacer es hacer fotografías y vídeos de cada habitación y apuntar todos los desperfectos que vayas encontrando tanto en muebles, como en paredes, techos, electrodomésticos, etc. En este punto, cuando hayas hecho todo este listado, debes enseñárselo al arrendador y hacer que lo firme, como diciendo que reconoce y acepta que dichos desperfectos no los has causado tú.

En caso de que se niegue a firmar dicho documento, envíalo por correo electrónico para que quede constancia de que remitiste la información, ya que toda esta documentación te permitirá demostrar que cualquier daño posterior no es responsabilidad tuya y será tu mejor defensa si el propietario intenta retener la fianza por motivos injustificados. En muchos casos, la existencia de pruebas visuales y escritas disuade al casero de realizar descuentos indebidos.

Entrega la vivienda en perfecto estado

El segundo paso es entregar la vivienda en el mejor estado posible, ya que es algo común que, a pesar de haber tenido cuidado, con el tiempo aparezcan señales de uso en ella, aunque lo importante es que el piso se entregue limpio y en condiciones óptimas. Todo esto implica que hay que fregar suelos, baños cocina… quitar el polvo que se haya acumulado en ciertos lugares y reparar cualquier desprecio menor, como una bombilla fundida, si se han hecho agujeros para cuadros o si las bisagras se encuentran flojas.

En este punto, algunos expertos incluso recomiendan que se contrate a un servicio de limpieza profesional, ya que el coste de esto es mucho menor que lo que nos quieran quitar de la fianza, por lo que nos sale bastante a cuenta. Recuerda que la ley establece que la fianza solo puede cubrir gastos de reparación reales por daños ocasionados por mal uso, deudas pendientes de suministros o negligencia en la entrega, por lo que se ponga como se ponga el casero, el desgaste normal no puede ser motivo de retención.

Reclama formalmente la devolución de la fianza

Por último, pero no menos importante, es muy importante que la reclamación de la fianza se haga de manera formal, lo cual implica que, tras devolver las llaves, el propietario tiene un mes para reintegrar el depósito. Si este plazo se supera sin respuesta, solicita la devolución por escrito, mediante correo electrónico, WhatsApp o burofax.