Cada vez más cerca: el último cambio de hora llega este fin de semana

Este fin de semana, concretamente en la madrugada del 26 al 27 de octubre de 2024, se realizará el último cambio de hora del año, donde nos despedimos del horario de verano para entrar, una vez más, en el horario de invierno.

Esta transición implica atrasar los relojes una hora, lo que significa que a las 3:00 a.m. los relojes volverán a marcar las 2:00 a.m., regalándonos una hora extra de sueño esa noche. Aunque este ajuste es habitual cada año, tiene un impacto en nuestro día a día y, por supuesto, en nuestro cuerpo.

¿Por qué se cambia la hora? Cada vez más cerca del fin

El cambio de hora es una medida que se implementó originalmente para aprovechar mejor las horas de luz natural y, de esta forma, reducir el consumo energético. En Europa, esta práctica se remonta a los años 70, en un momento donde la crisis del petróleo obligó a buscar alternativas para optimizar el uso de energía.

Aunque con el tiempo se han cuestionado los beneficios de esta medida, especialmente en términos de ahorro energético, el cambio de hora sigue vigente y se realiza 2 veces al año: una en marzo, cuando pasamos al horario de verano, y otra en octubre, cuando volvemos al horario de invierno.

¿Cómo nos afecta el cambio al horario de invierno?

Aunque ganar una hora de sueño puede sonar tentador, el cambio de hora afecta de diferentes maneras a las personas (y no precisamente para bien). Al alterar el ciclo de luz y oscuridad, nuestro reloj biológico se desajusta, lo que puede causar síntomas como fatiga, irritabilidad, dificultades para concentrarse e incluso insomnio en algunos casos.

Es común sentir una sensación de desequilibrio durante los primeros días posteriores al ajuste horario, ya que nuestro cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Como nota positiva, los expertos señalan que el cambio al horario de invierno tiende a ser menos disruptivo que el cambio al horario de verano.

Aun así, se recomienda tomar ciertas precauciones para minimizar los efectos negativos de este cambio. Por ejemplo, ajustar gradualmente los horarios de sueño en los días previos puede facilitar la transición. También es aconsejable exponerse a la luz natural durante la mañana. Además de ganar una buena dosis de vitamina D, tu sistema inmune te lo agradece y el cambio, es menos drástico.

El futuro del cambio de hora: un misterio por ahora

Muchos países, incluida España, han considerado eliminar el cambio de hora, argumentando que los beneficios iniciales, como el ahorro energético, ya no son tan significativos en la actualidad. Sin embargo, hasta el momento, no se ha llegado a un acuerdo definitivo en la Unión Europea sobre la eliminación de esta medida.

El último cambio de hora oficial en Europa está programado para 2026, lo que significa que, al menos hasta esa fecha, seguiremos ajustando los relojes dos veces al año. A partir de entonces, podría decidirse si abandonar este sistema y optar por un horario fijo, ya sea el de verano o el de invierno. Sea como sea, todavía queda tiempo.

Con todo esto el último cambio de hora del año nos mete de lleno al horario de invierno, una medida que sigue vigente y cuyo futuro aún está en debate. Aunque tiene efectos sobre nuestra vida, recuerda que es posible minimizar el impacto del mismo. Con la madrugada del 26 al 27 de octubre marcando la transición, este fin de semana será el momento de aprovechar una hora extra de sueño. Una hora de extra “de vida”