Lo que dice este experto sobre la leche semidesnatada te sorprenderá: “Es mucho más interesante…”

No son pocos los hogares en España que tienen como opción preferida la leche semidesnatada, ya que la entera les parece demasiado fuerte y la desnatada algunos la califican como prácticamente agua, por lo que esta leche es el equilibrio perfecto para aquellos que no se decanten ni por lo uno ni por lo otro. Se le considera una de las leches más saludables, pero recientes estudios y expertos han puesto en tela de juicio ese pensamiento y, la verdad, es que sus argumentos son de peso.

Veamos en este artículo cuáles son los beneficios de cada tipo de leche, poniendo énfasis sobre todo en la leche semidesnatada, viendo qué tiene de bueno y qué tiene de malo en comparación con el resto de este tipo de bebidas.

Qué tan buena (o mala) es la leche semidesnatada en comparación con las demás

Si nos centramos en el tema de la pérdida de peso, el nutricionista Pablo Ojeda explicaba recientemente que la diferencia entre la leche desnatada y la leche semidesnatada en este punto no es tan importante como muchos podemos llegar a pensar. Según Ojeda “Ningún alimento por sí solo tiene la capacidad de engordar”, haciendo hincapié en que ambos tipos de leche, si bien tiene menos calorías que la versión entera, no necesariamente nos van a aportar una mayor sensación de saciedad.

Ahí encontramos el primer problema, ya que el nutricionista ha afirmado que puede ser mucho más interesante para una persona consumir leche entera en vez de los otros tipos por su gran capacidad de saciar nuestro hambre. “Es mucho más interesante coger, por ejemplo, una leche entera que tiene unas 70 calorías más, pero me va a saciar más”, dijo Ojeda.

Por otro lado, no solo encontramos leche semidesnatada, entera o desnatada, ya que hay gente que opta por aquellas que no llevan lactosa debido a una leve intolerancia a la misma o por el pensamiento de que también es más saludable que el resto. Pero este nutricionista también tiene algo que decirles a esas personas, ya que en sus recientes declaraciones comentaba que “La lactosa es una molécula de dos azúcares: glucosa y galactosa. Como el intestino de la gente intolerante no es capaz de asimilarla, rompe la molécula y ya no va junta, sino separada. Por eso tiene un punch más dulce y es un poquito más oscura”.

Con ello lo que Ojeda nos trata de decir es que, si nos fijamos o nos basamos solo en el nivel nutricional, la leche sin lactosa tiene la misma cantidad de grasa y azúcar que la leche semidesnatada o la entera, por lo que si no tienes en realidad problemas con la lactosa, no es necesario que optes por las que no contienen esa sustancia ya que no va a influir en tu posible pérdida de peso.

Otro de los pensamientos (incorrectos) que tenemos muchos sobre la leche es que puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular, sobre todo cuando hablamos de la entera. Pero entra en escena de nuevo Pablo Ojeda, ya que dice que “es cardiosaludable” por lo que el consumo de la misma no tiene relación con un mayor riesgo de enfermedades del corazón (evidentemente, siempre y cuando sigamos una dieta sana y equilibrada).

Con toda esta información, lo que podemos concluir es que, a pesar de las creencias populares que tenemos acerca de la leche semidesnatada y su relacional positiva con nuestra salud, estas no son tan ciertas como podríamos llegar a pensar. La elección que hagamos entre los diferentes tipos de leches que consumamos solo debe basarse en nuestras necesidades individuales (por ejemplo, si no podemos consumir lactosa), en nuestros gustos (escogiendo las vegetales porque nos guste su sabor) o preferencias alimenticias (vegetales también, pero en este caso porque seamos veganos); sin tener en cuenta la posible pérdida de peso, ya que reiteramos que no hay una relación directa entre ambos conceptos.