Los huevos frescos son uno de los alimentos más comunes en las cocinas de todo el mundo debido a que con ellos se pueden preparar innumerables platos y recetas debido a su versatilidad, pero además son muy nutritivos y le hacen mucho bien a nuestra dieta (en su justa medida). A pesar de esto, también hay que ser conscientes que si no se conservan de la forma más adecuada, pueden suponer un peligro para nuestra salud, además de que muchas veces no sabemos interpretar los valores que aparecen en la caja cuando los compramos.
Debido a esta circunstancia, la OCU ha avisado de algunas de las claves que debemos tener en cuenta a la hora de realizar tanto el proceso de compra como el de conservado de este alimento. Veamos en este artículo cuáles son los consejos de esta organización.
Qué aparece en el etiquetado de los huevos frescos
Si nos fijamos en las cajas de los huevos frescos que podemos adquirir en tiendas y supermercados, veremos que todos son de categoría A, que es la que tiene la más alta calidad; mientras que la B está destinada a la industria alimentaria sin llegarnos a consumidor final. Si nos fijamos en el tamaño, este producto se clasifica según el peso:
- XL: más de 73 gramos.
- L: entre 63 y 73 gramos.
- M: entre 53 y 63 gramos.
- S: menos de 53 gramos.
También nos podemos fijar en el color de la cáscara y preguntarnos si esto significa que los huevos que compramos son de mejor o peor calidad, algo que la OCU ya ha aclarado que no tiene nada que ver, ya que esto es simplemente debido a la raza de la gallina. En lo que sí tenemos que poner atención es en si aparecen las palabras “Extra” o “Extrafrescos” en los envases, lo cual nos dice que dichos huevos se han puesto a la venta en los 9 días siguientes a su puesta.
Por otro lado, debemos atender al código que aparece impreso en la cáscara de los huevos frescos, dato que a muchos nos puede parecer irrelevante pero que es muy importante, ya que esto el primer dígito nos informa sobre el tipo de cría que ha tenido la gallina:
- 0: producción ecológica
- 1: gallinas camperas, con acceso al aire libre
- 2: criadas en suelo, dentro de naves
- 3: gallinas en jaula
Después de esos dígitos, aparecerán dos letras, las cuales indican el país de origen de los huevos frescos (ES obviamente corresponde a España) y los números siguientes son la granja de la que provienen.
Consejos de la OCU para comprar y conservar huevos frescos en casa
- Antes de comprar un cartón de huevos, revisa que no haya ninguno roto o que la fecha de consumo preferente no sea cercana o se haya pasado.
- No laves los huevos frescos antes de almacenarlos, ya que esto puede facilitar la entrada de bacterias.
- Los huevos frescos deben guardarse en el frigorífico, ya sea en su envase original o en una huevera y alejado de otros alimentos debido a la porosidad de la cáscara.
- Por mucho que te pueda gustar la tortilla poco hecha, la OCU ya ha advertido sobre esta práctica, diciendo que siempre hay que cocinar a fondo cualquier alimento que lleve huevos frescos para prevenir las posibles infecciones, tal y como pasa por ejemplo con las salsas, las cuales deben consumirse en menos de 24 horas después de preparadas.
- Antes de consumir un huevo, asegúrate de hacer el truco del vaso del agua, ya que si flota un poco eso querrá decir que no está fresco. Además, a partirlo comprueba que no tenga malos olores, en cuyo caso es mejor que lo tires directamente y ni te molestes en probar a cocinarlo y ver qué tal, ya que podrías poner en riesgo tu salud.