Adiós a prisión: España mantiene la tradición de indultar a presos cada Semana Santa

Un año más, el Boletín Oficial del Estado (BOE) anunció que cuatro presos recibirán el indulto según las propuestas realizadas por cofradías de Granada, Salamanca, Málaga y León, un privilegio que tiene hermandades de estas ciudades antes de la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Aunque la propuesta de quién es indultado, en la mayoría de los casos, corresponde a la Hermandad, pero es el Consejo de Ministros el que tiene la última palabra. Pero no siempre es así, porque en el caso de la ciudad de Málaga, la Cofradía de Jesús El Rico, no propone, puesto que dejan la elección en manos de Instituciones Penitenciarias y la Audiencia Nacional.

En 2024 tenemos el último precedente

En 2024 fueron tres hombres y una mujer los que consiguieron el perdón y todos ellos fueron castigados, en su momento, por delitos contra la propiedad industrial, robo con fuerza, tráfico de estupefacientes y robo con fuerza en las cosas, es decir daños a objetos materiales. Como sucedió durante años anteriores, ninguno que tuviese delitos de sangre. De los cuatro que obtuvieron la libertad el más beneficiado fue el de Málaga, que se libró de cumplir una condena de tres años de cárcel.

Habitualmente es durante la semana previa al inicio de Semana Santa cuando el Ministerio de Justicia, mediante el BOE, comunica esta medida de gracia y se procedía al indulto el Viernes de Dolores. Pero en este 2025, la decisión se tomará este Martes Santo y el Miércoles Santo aparecerá en el BOE y será el Viernes Santo cuando se proceda a la liberación de un reo.

La tradición jurídica de liberar a los presos en Semana Santa

Muchos son los que consideran estas liberaciones como una estampa propia de otra época, creen que no tienen cabida en un Estado que se denomina aconfesional. Por otro lado están quienes lo justifican, al decir que pertenece a la tradición jurídica de España, algo en lo que no se equivocan.

De acuerdo a lo que dice el jurista Juan Ramón Rodríguez Llamosí en El perdón cristiano en el Derecho español: los indultos a las Cofradías de penitencia, esta práctica jurídica es tan antigua como el propio delito. No el hecho de que se aplique por Semana Santa, sí por el indulto.

Esto fue uno de los hechos por los que se pasó de una justicia puramente vengativa, como en tiempos arcaicos, a una sofisticada. Antes de que los reyes tuviesen el poder de perdonar, nada podían esperar de la justicia los criminales más que su versión despiadada. Sin embargo, como en las Escrituras Dios se compadece y perdona, los legisladores del mundo cristiano interpretaron que el sistema judicial debía tratar de imitar la divinidad lo mejor posible. De esta manera nacieron los indultos, como un derecho de los monarcas para invocar la misericordia de Dios cuando la justicia humana has sido severa.

No se trataba de regalar la libertad a nadie. El indulto incorporaba un requisito fundamental y no era otro que el arrepentimiento del penado. Era como la confesión, sin propósito de enmienda, no valía.

El privilegio de las cofradías en Semana Santa

Este derecho aparece en una ley de 1447, que fue sancionada por Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, aunque esto no quiere decir que no fuese anterior. Eso sí, se hizo oficial con esa Ley del perdón del Viernes Santo de la Cruz. Recibía este nombre porque se trasladaban todos los perdones previstos del año a esa fecha, central en el Triduo Pascual.

Lo que dice la leyenda

Lo anterior es lo que hay en los escritos, pero aparecen otras leyendas como la de Málaga. En medio de una epidemia de peste, parece que durante la Semana Santa de 1759, los pasos no encontraban portadores y los presos se ofrecieron arriesgando su salud. Las autoridades no le dieron permiso pensando que era una excusa para fugarse. La respuesta de los reclusos, un motín y fuga.

Para sorpresa genera, los fugados cargaron los pasos, hubo procesiones y regresaron a sus celdas sin que faltara uno. Y lo más sorprendente, la epidemia desapareció tras el paso de la imagen de Jesús El Rico. Enterado del milagro, Carlos III concedió a la cofradía el privilegio perpetuo de liberar a un preso cada año.