Los productos a los que Estados Unidos ha decidido librar de los aranceles

Tenemos muy buenas noticias porque, en medio de todos los aranceles que a Administración Trump ha decidido poner a muchos de los productos que vienen de fuera, algunos de ellos se han podido salvar de ese más que posible incremento de precio. En concreto afecta a los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, microprocesadores y otros dispositivos electrónicos de uso cotidiano, los cuales llegan en muchos desde China, uno de los principales rivales comerciales de Estados Unidos.

Algunas de las empresas a las que más positivamente afectará esta medida son Apple, Nvidia o Samsung, ya que gran parte de los dispositivos que componen sus productos se fabrican en Asia, motivo que hizo que se llevaran las manos a la cabeza cuando Trump anunció hace unas semanas los nuevos aranceles.

Pero esto no solo ha tenido un impacto positivo en las mencionadas empresas y otras muchas del sector tecnológico, sino que el consumidor final no verá cómo el precio de esos productos sube hasta límites nunca vistos. La realidad que hay detrás de todo esto es que, por mucho que le pese a Donald Trump, el cual ha reiterado en más de una ocasión que quiere que Estados Unidos no dependa de China, este país asiático sigue siendo uno de los pilares de la cadena de suministro no solo para las empresas tecnológicas, sino para casi todas.

¿Por qué estos productos quedan fuera de los nuevos aranceles?

Como ya hemos mencionado, a lista de exenciones incluye artículos como teléfonos móviles, discos duros, ordenadores portátiles, chips de memoria y componentes clave para la fabricación de semiconductores, ya que, según el propio Gobierno estadounidense, poner fin a las relaciones con China en este sentido haría que colapsaran ciertos sectores estratégicos, por lo que quieren ganar tiempo para reubicar ciertas cadenas de producción.

En un principio, los aranceles que se querían aplicar eran dos, siendo el primero de ellos de un 10% a los productos importados en general, mientras que el segundo de un 125 % dirigido específicamente a China bajo la política de “aranceles recíprocos” impulsada por Trump. Al excluir los artículos que ya hemos mencionado de dicha política, lo único que se ha demostrado es que la Administración de Trump reconoce que ahora mismo les es imposible no depender en parte de la producción asiática, al menos no sin provocar que parte de su economía se vaya al garete.

Esta medida se ha aplicado desde el pasado sábado 5 de abril, aunque no se queda en una mera exclusión, ya que según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, varias empresas estadounidenses se están dando prisa en establecer en Estados Unidos toda su producción, algo que puede atraer al país bastante de la inversión que se hace en las tecnológicas a nivel global.

¿Qué consecuencias pueden tener los aranceles en el sector tecnológico?

Tan solo tenemos que fijarnos en un par de datos para saber cuál sería el impacto en ciertos productos si los aranceles que un principio se querían siguieran vigentes, ya que el el 90 % de los iPhone, el 80 % de los iPad y más de la mitad de los ordenadores Mac se fabrican en China. Esto quiere decir que aunque parezca que los impuestos a esos productos que vienen de fuera sean un castigo para la economía china, lo cierto es que también lo serían para las propias empresas estadounidenses, las cuales dependen de la capacidad de producción de las plantas que tienen en ese país.

Tan solo el anuncio de los aranceles ya dejó la bolsa de Estados Unidos temblando, el cual ocurrió el pasado miércoles 2 de abril, fecha a partir de la cual Apple lleva más de 640.000 millones de dólares de pérdida en valor bursátil, algo que ha hecho que Microsoft la supere como la empresa cotizada más valiosa del mundo.