Ya se ha confirmado que la Seguridad Social puede conceder hasta 8.000 euros anuales a amas de casa que nunca han cotizado o que no han llegado al mínimo exigido para acceder a una pensión contributiva y el requisito esencial es cumplir con las condiciones para acceder a una pensión no contributiva de jubilación, una ayuda económica pensada, precisamente, para quienes han trabajado toda su vida sin recibir una nómina, como ocurre con muchísimas amas de casa en España.
Este tipo de pensiones no requieren haber cotizado los 15 años mínimos que exige el sistema para una pensión contributiva, lo que hace que se conviertan en la única vía posible para muchas mujeres, y algunos hombres, que han dedicado décadas a cuidar del hogar y de la familia sin obtener remuneración. Si se cumplen ciertos requisitos de edad, residencia e ingresos, es posible recibir hasta 7.905,80 euros al año en 14 pagas, lo que equivale a unos 564,70 euros mensuales.
Las pensiones no contributivas, la única salida para muchas amas de casa
En el sistema español de pensiones hay dos vías principales: las contributivas, que exigen cotización previa, y las no contributivas, pensadas para quienes no han podido hacerlo. Las amas de casa encajan de lleno en este segundo grupo, por lo que mujeres que han trabajado sin descanso dentro del hogar, pero sin cotizar, ahora pueden acceder a una pensión digna a partir de los 65 años.
Quien se encarga de gestionar esta prestación es el Imserso, aunque se puede solicitar a través de los servicios sociales de tu comunidad autónoma o directamente en las oficinas de la Seguridad Social. La cuantía máxima, tal y como ya hemos mencionado al principio de este artículo, alcanza casi los 8.000 euros anuales, repartidos en 12 mensualidades y dos pagas extra ym aunque no está dirigida exclusivamente a mujeres, los datos dejan bien claro que la mayoría de beneficiarias son amas de casa.
Ahora bien, esta pensión tiene ciertos requisitos, siendo el primero el tener cumplidos los 65 años. Además, es obligatorio haber residido legalmente en España durante al menos 10 años, dos de los cuales deben ser inmediatamente anteriores a la solicitud. Y, por supuesto, no superar unos límites de ingresos que varían según el número de personas que conviven en el domicilio.
Requisitos de ingresos para acceder a esta pensión para amas de casa
Uno de los principales puntos en los que se fijan a la hora de conceder esta ayuda es demostrar que se carece de ingresos suficientes. Para una persona que vive sola, el límite está en 7.905,80 euros anuales; mientras que si se convive con familiares cercanos, como un cónyuge o hijos, esos límites se amplían. Por ejemplo, en un hogar con dos personas, el tope asciende a 13.439,86 euros; con tres convivientes, 18.973,92 euros; y con cuatro, 24.567,98 euros.
Muchas amas de casa que nunca trabajaron fuera de casa, o que lo hicieron de forma puntual sin llegar a cotizar lo suficiente, ahora tienen la oportunidad de obtener ingresos propios tras una vida dedicada al cuidado de los demás sin que esto, económicamente hablando, les haya reportado un beneficio, ni en ese momento ni a posteriori. Como ya hemos mencionado, el importe exacto dependerá de varios factores, como los ingresos reales, si se ha cotizado alguna vez y cómo esté compuesta la unidad familiar y, mientras que el mínimo mensual puede quedarse en unos 141,18 euros, lo cierto es que en la mayoría de los casos se sitúa en torno a los 500 o 564 euros mensuales.
Para solicitar esta ayuda o prestación, lo único que hay que hacer es acudir a una oficina de la Seguridad Social, al Imserso o a los Servicios Sociales de tu comunidad; aunque también se puede hacer online, desde la sede electrónica, si se dispone de certificado digital o Cl@ve permanente. Eso sí, hay que presentar documentos como el DNI, justificantes de residencia y, sobre todo, la declaración de ingresos.