Los nacidos entre 1958 y 1975, más conocidos como generación del ‘baby boom’, deben andarse con ojo si están pensando en jubilarse antes de los 65, ya que según ha advertido recientemente un funcionario de la Seguridad Social, quienes hayan cotizado lo suficiente como para acceder a una pensión máxima pueden llevarse una sorpresa bastante desagradable si se acogen a la jubilación anticipada. Y es que van a cobrar menos de lo que esperaban, y no por poco.
La Seguridad Social ha endurecido los coeficientes reductores que se aplican a las pensiones anticipadas de quienes, aun cumpliendo todos los requisitos, deciden retirarse antes de tiempo. Pero la novedad está en que ahora estas reducciones se aplican directamente sobre la pensión máxima, lo que implica que hasta los trabajadores con bases de cotización más altas pueden ver mermado su importe mensual. El objetivo, según explica el propio funcionario, es frenar la salida masiva de los ‘baby boomers’ del mercado laboral.
Lo que ha explicado el funcionario de la Seguridad Social
El aviso lo ha dado Alfonso Muñoz Cuenca, funcionario de la Seguridad Social y experto en normativa de pensiones, quien en un vídeo reciente ha detallado el impacto de la disposición adicional 34 de la Ley 21/2021. Esta norma ha sido diseñada precisamente para ajustar las pensiones de quienes, pese a jubilarse anticipadamente, no se veían penalizados por tener derecho a la pensión máxima.
Con ejemplos prácticos, este funcionario ha explicado cuál es exactamente la situación, como por ejemplo si un trabajador con una base reguladora de 4.000 euros y más de 44 años cotizados. Si se jubila a los 65, cobrará la pensión máxima, es decir, 3.267,60 euros al mes. Pero si decide hacerlo dos años antes, a los 63, y hasta ahora no sufría ningúna reducción por seguir recibiendo el tope legal, con la nueva normativa su pensión se verá reducida en un 5,80%, es decir, que perderá 189,52 euros mensuales.
Esta medida afecta especialmente a los funcionarios que, tras toda una vida laboral cotizando por las bases más altas, planeaban una jubilación tranquila a los 63, planes que quizás ahora con esta nueva normativa, van a tener que pensarse mucho mejor. El funcionario también ha advertido que la disposición afecta tanto a las jubilaciones anticipadas voluntarias como a las involuntarias, lo que hace que se amplíe el alcance.
Por qué los funcionarios deben estar atentos con este cambio de normativa
Y es que no es casualidad que sea un funcionario de la Seguridad Social quien lance esta aviso, ya que este colectivo está acostumbrado a estudiar al detalle las novedades normativas y, muchas veces, son los primeros en detectar los efectos reales de leyes aparentemente técnicas. Además, muchos funcionarios quieren acceder a la jubilación anticipada, sobre todo si ya han alcanzado el tiempo máximo de cotización y pueden recibir la pensión máxima una vez se retiren del mercado laboral.
El endurecimiento de los coeficientes reductores es solo otra de las normativos que el Gobierno está ajustando para evitar el colapso del sistema, tema del que se lleva años hablando debido a la cantidad de personas que van a acceder a la jubilación en los próximos años. Según datos de la propia Seguridad Social, en los últimos meses se ha disparado el porcentaje de jubilaciones demoradas, lo que indica que los mensajes de penalización han servido como advertencia a quienes pretendían retirarse antes de tiempo o justo cuando les tocaba.
Los funcionarios no solo deben estar atentos a las penalizaciones, sino también a las bonificaciones por retrasar la edad de jubilación, ya que en algunos casos puede resultar más rentable esperar unos años más para asegurarse una pensión completa. La Seguridad Social está premiando con complementos económicos y ventajas fiscales a quienes deciden esperar, por lo que hacer los cálculos correctos es hoy más importante que nunca.