Adiós al calor: estos 4 trucos de la abuela siguen funcionando para mantener tu casa fresca en verano

El calor ha llegado y con él, las ganas de encender el aire acondicionado para poder evitar o, al menos, mitigar los efectos que tiene sobre todos nosotros. El problema llega cuando aparece la factura de la luz en nuestro buzón y nos llevamos las manos a la cabeza porque es uno de los aparatos que más consumen, además de que no es precisamente bueno para la salud ni para el medio ambiente. Es por ello que muchos intentan usarlo lo mínimo o ni siquiera lo tienen instalado, por lo que siempre andan buscando alternativas y aquí es donde entran esos trucos que llevan a cabo las abuelas y que han sido heredados de generación en generación, aunque siguen siendo infalibles para combatir el calor.

No es casualidad que, antes de que existieran los ventiladores o los sistemas de climatización, las casas no fueran hornos, ya que había prácticas sencillas y muy efectivas para reducir el calor dentro de casa, algunas de ellas heredadas de culturas que sabían muy bien lo que era vivir con temperaturas extremas. Estos gestos siguen siendo un recurso valioso para afrontar el verano sin dejarnos la energía (ni el sueldo) en el intento, y te los vamos a contar todos aquí para que los puedas poner en práctica.

Persianas abajo y luz fuera como primera defensa contra el calor

Lo primero que debes cuando el verano se acerca y el calor se empieza a notar es cerrar las persianas durante las horas de más sol, de tal modo que evitemos que los rayos solares entren directamente a nuestra casa, reduciendo de este modo la temperatura interior. Si tienes toldos, úsalos, y si puedes cerrar las ventanas en las horas punta y abrirlas cuando el sol cae, mejor aún.

En zonas cálidas del sur de España, esta costumbre se hace prácticamente por instinto y no es casualidad, ya que algunas construcciones tradicionales, como los riads marroquíes, ya apostaban por patios interiores y pocas ventanas al exterior precisamente para bloquear el calor. En casa, si cierras las persianas y corres cortinas claras, estarás replicando ese mismo principio.

Usa las corrientes de aire

Otro truco que nunca falla para plantar cara al calor es crear corrientes de aire, algo que puedes lograr abriendo las ventanas a primera hora de la mañana o al anochecer, cuando el aire exterior refresca. Abrir en extremos opuestos de la casa ayuda a que se genere una ventilación cruzada que arrastra el aire caliente y permite que entre el más fresco.

Este truco lleva siglos usándose en muchas partes del mundo, como por ejemplo en Irán, donde los captadores de viento eran estructuras diseñadas para canalizar el aire fresco dentro de las casas. En China, se construían pozos de luz que permitían una renovación continua del aire.

Agua y sal, otro truco para vencer el calor

Una palangana con agua, hielo y un poco de sal frente a un ventilador puede parecernos algo extraño, pero es uno de los trucos más eficaces contra el calor gracias a que la sal acelera la fusión del hielo mientras que el ventilador reparte ese aire fresco por la habitación. Del mismo modo, fregar el piso con agua fría por la mañana, echar un poco de agua al suelo de la calle por la tarde o regar las plantas de interior al anochecer, te pueden ayudar a reducir la temperatura ambiental.

Las fachadas blancas ayudan a repeler el calor

Seguro que se te han venido a la cabeza los preciosos pueblos blancos del sur de España, y esto no es algo para atraer la atención de los turistas, sino que pintar fachadas con cal blanca es básicamente una cuestión térmica, ya que el blanco refleja los rayos solares, evitando que el calor penetre en las paredes; truco que también puedes aplicar dentro de casa cambiando cortinas gruesas por visillos claros, usando fundas de cojín blancas o eligiendo sábanas de tejidos naturales y colores suaves.