La empresa asturiana de distribución alimentaria Alimerka se desmarca del sector y ha instaurado ya, y de forma progresiva, la jornada laboral de cinco días y 37,5 horas a la semana. La firma cuenta con 171 supermercados distribuidos en Asturias, León, Valladolid, Burgos, Zamora y Lugo con más de 6.000 empleados y esta medida afectará a todos los establecimientos, según fuentes de la misma. Además, se añade que se toma esta decisión “en coherencia con su firme apuesta por mejorar su organización interna y que esto repercuta positivamente en las personas trabajadoras que forman su equipo”.
Cinco días de trabajo y dos de descanso
La nueva semana laboral quedará fijada con el modelo 5+2, lo que implica que cada empleado trabajará durante cinco días a la semana y descansará los otros dos. La rotación semanal del día de descanso permitirá que la plantilla disfrute de varios periodos de descanso prolongado de tres días a lo largo del año: sábado, domingo y lunes.
Este paso dado por Alimerka supone todavía un esfuerzo mayor, dado las características del sector en el que se mueve, ya que este requiere de una atención continua y un contacto directo con los clientes. Habrá que hacer cambios importantes en cuanto a la organización, para que no se vea afectada la calidad del servicio.
La subida salarial en Alimerka
Desde Alimerka se declara que “esta medida supone un paso más en el compromiso de la compañía con quienes forman parte del equipo y se une al esfuerzo realizado durante los últimos años”. El mismo se ha visto materializado “en los incrementos salariales aplicados a más del 90% de la plantilla, superando las subidas del IPC para las mismas anualidades”.
Hasta el mes de diciembre de 2024, la semana laboral de toda la plantilla de Alimerka era de 40 horas, pasando a 38,5 el pasado mes de enero. Ahora, “Alimerka da un paso más allá”.
La oposición del sector
Alimerka parece que se ha quedado sólo en su decisión de aplicar la nueva jornada laboral dentro del sector. Así, los dueños de otras marcas se oponen a la reducción de la jornada planteada por el Gobierno. En una carta remitida a Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados), mostró su “firme oposición” a la normativa y se quejaba de la forma en la que se había presentado. Desde esta asociación se quejaban de que la ley se ha vendido como que los grandes beneficiarios fueran a ser los empleados de comercio y la distribución, como si “en muchos años de fructífera negociación colectiva, no se hayan tenido en cuenta sus necesidades, cuando los empresarios y los representantes de los trabajadores han acordado las mejores condiciones posibles para ambos en los convenios vigentes”.
Además, se asegura desde la patronal que los informes en los que en los informes se muestra “un profundo desconocimiento de la realidad socioeconómica” y que se crea “una imagen negativa y no justificada” del sector.
A la espera de la oficialidad
Por el momento, el proyecto de ley para la reducción de la jornada laboral no contaría con los apoyos necesarios para salir adelante en el Congreso de los Diputados. Hay tres enmiendas presentadas, presentadas por Partido Popular, VOX y Junts que complican el trámite a la propuesta de Trabajo.
Con este panorama, cabe recordar que Yolanda Díez avisó que de tumbarse la norma, la aprobarían a través de un Real Decreto. Eso sí, la idea del Ministerio de Trabajo es la de celebrar en julio un debate parlamentario con el objetivo de reunir posiciones y poder llegar a un acuerdo, en este caso con Junts, para tener la mayoría.