Un estudio lo confirma: este hábito que comienza dentro del hogar mejorará tu productividad y felicidad

Si alguna vez has notado que el desorden en casa afecta a tu ánimo y concentración, debes saber que mantener el hogar organizado mejora tanto tu felicidad como tu productividad, puntos en los que influyen gestos tan sencillos con el hacer la cama, el ordenar la cocina o colocar cada cosa en su lugar. Y es que todo esto tiene un efecto directo en tu bienestar mental y en tu capacidad para rendir en las tareas del día a día, por lo que podemos decir que este tipo de hábitos no solo generan calma, sino que también optimizan la manera en que tu cerebro procesa la información, haciendo que tu productividad se incremente de forma natural.

Todo esto no es algo que nos hayamos inventado, porque hasta la ciencia respalda esta relación entre orden y resultados gracias a una serie de estudios recientes en los que se muestran que un entorno limpio y estructurado disminuye la sensación de estrés, reduce la procrastinación y fortalece la autoestima, lo que se traduce en una mejora notable de la productividad. Por eso, dedicar unos minutos diarios a organizar tu hogar es un primer paso sencillo pero a la vez muy poderoso para sentirte más feliz y eficiente.

Cómo una casa ordenada influye en la productividad

Aunque nos pueda parecer algo extraño, diversas investigaciones por parte del Consejo General de Psicología y de la Psicofundación han avalado que el desorden tiene un impacto en las personas que no solo toca a lo psicológico, sino que también influye en lo fisiológico. Y es que se ha demostrado que tener la casa hecha un desastre eleva los niveles de cortisol, que es la hormona que se asocia al estrés y que puede afectar también a nuestra capacidad de actuación, es decir, que un entorno ordenado hace que nuestra mente solo se centre en una tarea y, con ello, sea más productiva.

Tener un espacio despejado, especialmente en áreas donde trabajamos o estudiamos, como el despacho o la zona de lectura, mejora la atención y facilita la toma de decisiones. El Instituto de Neurociencia de Princeton demuestra que demasiados estímulos visuales dispersan la capacidad del cerebro para procesar información, mientras que un entorno ordenado permite que cada elemento reciba la atención que merece, de tal forma que tu productividad no solo aumenta, sino que lo hace de manera sostenida y con menos estrés.

Cómo podemos mantener el orden en nuestro hogar (y no morir en el intento)

No todos somos capaces de mantener nuestra casa ordenada, y no precisamente por pereza, sino que no tenemos un hábito para ello o no tenemos mucho tiempo, pero hay ciertos hábitos que sí podemos cambiar para que esta tarea no se nos haga tan cuesta arriba. Por ejemplo, hay una regla que se llama “la regla de los dos minutos” y que es básicamente hacer de forma inmediata cualquier tarea que pueda completarse en ese tiempo, como recoger los platos o doblar la ropa.

También nos encontramos con el método Power Hour, que consiste en dedicar una hora a ordenar y limpiar intensamente, de tal forma que consigamos que, con un rato de nuestro tiempo, podamos tener una casa ordenada, algo que, como ya hemos mencionado, nos ayuda a reducir la ansiedad y mejorar nuestra productividad.

Y es que, según la psicóloga Catherine Roster  “un espacio caótico disminuye la percepción de bienestar, mientras que un hogar estructurado genera calma, facilita la concentración y permite disfrutar más de las actividades cotidianas”, de tal forma que no es nada descabellado decir que el orden no solo es algo que atiende a lo estético o a lo funcional, sino que influye en la productividad de las personas.