Confirmado: esto es lo que debes hacer con la pasta antes de comerla, según una nutricionista

Muchos de nosotros, cuando cocinamos y comemos pasta no le ponemos mucha atención a los detalles, pero según los profesionales, la mejor forma de consumirla es una vez enfriada en la nevera y luego recalentada. Sí, como lo lees. Y es que los beneficios de la pasta en nuestro organismo se multiplican gracias a este proceso y a la consecuente transformación del almidón, ayudándonos a mejorar nuestra digestión, a controlar de un modo más fácil nuestros niveles de azúcar en sangre y a cuidar de nuestra salud intestinal.

En otras palabras, no se trata solo de hervir la pasta y servirla en el momento, ya que si la enfrías y después la vuelves a calentar, el almidón que contiene cambia su estructura y se convierte en almidón resistente. Este tipo de carbohidrato actúa como fibra, alimenta la microbiota y favorece el equilibrio digestivo, por lo que la nutricionista lo recomienda como un hábito sencillo que puede tener un gran impacto (positivo) en nuestra salud.

Por qué la pasta mejora al enfriarse y recalentarse

Normalmente, cuando se habla de la pasta, lo que nos viene a la mente es un alimento muy saciante, a la par que energético, pero pocas veces se nos ha mencionado lo buena que es para nuestro intestino, lo que justo se da con el proceso de retrogradación, que ocurre cuando el almidón de la pasta cocida se enfría y después se recalienta. Este cambio químico hace que una parte del almidón de dicha pasta no se digiera en el intestino delgado y pase directamente al colon.

En este lugar las bacterias que son beneficiosas para nuestra microbiota fermentan dicho almidón y producen compuestos tales como el butirato, el cual cuenta con propiedad antiinflamatorias además de protectoras. Esto significa que cuando cocinamos, enfriamos y después volvemos a calentar la pasta, reducimos el riesgo de acabar con problemas digestivos, a lo que hay que añadirle que contribuye a un mejor control de nuestro metabolismo.

Pero por si fuera poco, la pasta recalentada se absorbe más lentamente, lo cual evita picos elevados de glucosa en sangre, lo que resulta muy útil para todos aquellos que buscan o que necesitan mantener su energía estable por más tiempo o prevenir desequilibrios relacionado con la resistencia a la insulina.

Cómo hacerlo de forma segura en casa

El consejo de la nutricionista no consiste en improvisar, sino en aplicar unas pautas básicas de seguridad alimentaria. Una vez que la pasta esté cocida, no conviene dejarla a temperatura ambiente más de dos horas, porque a esa franja proliferan bacterias peligrosas para la salud, siendo lo recomendable el enfriarla rápidamente en la nevera y conservarla en recipientes herméticos.

Si se quiere congelar, lo ideal es dividir la pasta en pequeñas porciones, de forma que al descongelarla no se rompa la cadena de frío ni se estropee su textura. Después, basta con recalentarla en la sartén o en el microondas hasta que recupere la temperatura adecuada, gesto que garantiza tanto la seguridad como el aprovechamiento máximo de los beneficios nutricionales.

Si bien es cierto que el foco está puesto en la pasta, no es el único alimento que mejora con este proceso, ya que el arroz, las patatas o incluso el pan cocido también pueden beneficiarse de este enfriado y recalentado. Todos ellos comparten la presencia de almidón, que al transformarse en resistente, se comporta como un prebiótico natural que a muchos de nosotros seguro que nos puede ayudar mucho en lo relacionado con nuestra salud digestiva.