Las oposiciones europeas están generando últimamente un gran interés entre los jóvenes, sobre todo entre los españoles, los cuales han empezado a verlas como una posibilidad para acceder a un empleo público pero con miras internacionales y con unas perspectivas económicas muy superiores a las que normalmente vemos en el empleo público en nuestro país. Y es que estas oportunidades laborales ofrecen una combinación de estabilidad y seguridad, unos sueldos muy competitivos y la posibilidad de un desarrollo profesional que las convierte en la opción perfecta para aquellos que no solo buscan un puesto administrativo.
Aparte de todo esto, estudiar para las oposiciones europeas no es algo que se haga a través de los métodos tradicionales, tal y como pasa con las que tenemos en España, que muchas veces es más el hecho de memorizar y, posteriormente, “vomitar” todo lo que tenemos en la cabeza sobre un papel. Esto es algo que se puede ver en las pruebas, donde ciertas competencias como el razonamiento, la resolución de problemas y el dominio de idiomas son las que marcan el camino a seguir para poder superarlas, por lo que van más allá de ofrecerte un puesto de trabajo, sino que también te dan la posibilidad de enfrentarte a un proceso que es más dinámico y que puede suponer un reto para ti mismo.
Por qué cada vez más jóvenes optan por las oposiciones europeas
Uno de los factores más determinantes para que los jóvenes elijan las oposiciones europeas es la remuneración, ya que los salarios iniciales rondan los 3.000 euros, y pueden alcanzar los 25.000 euros en los niveles más altos de la carrera, según los estatutos europeos. Esta retribución no solo asegura independencia económica, tal y como es lógico al ver esos sueldos, sino que también sitúa a estos puestos como alternativas muy atractivas frente a empleos locales con menor proyección salarial.
A esto se suman ventajas adicionales que los aspirantes valoran muy positivamente, ya que las oposiciones europeas garantizan una carrera profesional clara y con posibilidades de ascenso, formación continua y un equilibrio real entre vida laboral y personal. Algunos puestos incluso incluyen complementos familiares y acceso a guarderías o centros educativos para hijos, lo que hace que los jóvenes profesionales puedan conciliar su carrera con la vida familiar sin grandes sacrificios, algo que es un detalle que se aprecia mucho en el contexto en el que vivimos actualmente y que puede ser la pieza que muchas veces decante la balanza a un lado u otro.
Otro aspecto que explica que cada vez más jóvenes escojan las oposiciones europeas es su internacionalidad, algo que se ve en uno de los requisitos que deben cumplir los candidatos, y es el de que deben dominar al menos un idioma oficial de la Unión Europea a nivel C1 y otro a nivel B2, lo que les permite integrarse en equipos multiculturales y trabajar en diferentes países del continente.
Cómo se estructuran y qué requisitos piden las oposiciones europeas
Hay diferentes categorías para las oposiciones europeas, entre las que podemos encontrar administrativos, asistentes, lingüísticos y secretarios o personal de apoyo, a lo que hay que añadir que cada una de ellas tiene un itinerario profesional distinto y con escalas salariales que se adaptan a la responsabilidad del puesto que se esté ejerciendo en ese momento. El proceso para superar estas oposiciones es telemático y consta de las siguientes fases:
- En la primera lo que se hace es evaluar las habilidades cognitivas a través de tests de opción múltiple y una serie de pruebas psicotécnicas a través de las cuales se mide el razonamiento verbal, numérico y abstracto.
- La segunda fase está más centrada en la formación académica y la experiencia profesional que tenga cada uno de los candidatos.
- Por último, en la tercera fase se analizan las competencias generales y específicas por medio de estudios de caso, ejercicios en grupo, presentaciones orales y entrevistas por competencias.