El impacto de ChatGPT en el mercado laboral ya no es solo una hipótesis o algo que se vea como muy futuro e imposible que nos toque, ya que Sam Altman, CEO de OpenAI, ha señalado claramente cuáles serán los primeros puestos de trabajo que podrían verse desplazados por esta inteligencia artificial. Según Altman, los empleos vinculados al soporte telefónico o informático serán los más vulnerables, ya que ChatGPT puede desempeñarse “mejor” que los humanos en estas funciones, lo cual supone el anticipo de un cambio profundo en la forma en que las empresas gestionan la atención al cliente y la asistencia técnica.
Pero aunque todo esto pueda alarmarnos, esa no es la intención de esta previsión, sino el alertar sobre la velocidad en la que la IA y, en concreto, ChatGPT, están transformando nuestra vida, pero sobre todo algunos de los trabajos más rutinarios. Y es que Altman señala que el desplazamiento va a ser progresivo y que toda esta tecnología nos va a permitir aumentar la productividad, liberar tiempo para poder realizar tareas más creativas y generar nuevas oportunidades laborales en ciertos sectores emergentes muy relacionados con la Inteligencia artificial.
Los trabajos que más afectados se verán por ChatGPT
Entre los sectores más expuestos al uso de ChatGPT se encuentran los de soporte técnico y atención al cliente, donde la IA puede resolver consultas frecuentes, gestionar incidencias y ofrecer información sin el cansancio o los posibles errores o descuidos en los que puede caer un ser humano. Otros ámbitos, como la programación básica o la redacción de contenido estándar, también se benefician de la capacidad de ChatGPT para generar un texto coherente, un código funcional o cierta documentación de manera rápida y mucho más eficiente.
Altman destaca, sin embargo, que los empleos que requieren empatía, juicio clínico o toma de decisiones complejas, como médicos, psicólogos o profesionales de la educación, son los que van a mostrar (lógicamente) una mayor resistencia frente a la automatización; lo cual solo es una muestra más de que ChatGPT, pese a la potencia que tiene, aún no puede sustituir la interacción humana profunda ni el juicio ético y contextual de muchos de los profesionales.
Por otra parte, la IA permite a los programadores y creadores de contenido ser mucho más productivos, ya que generar código o redactar informes que antes requerían horas de trabajo, ahora puede hacerse en minutos con la ayuda de ChatGPT, lo que aumenta la eficiencia pero también redefine las competencias necesarias en estos puestos.
Ética, privacidad y riesgos asociados a ChatGPT
Altman también ha señalado la importancia de tener en cuenta ciertos aspectos éticos sobre el uso de ChatGPT, ya que la Inteligencia Artificial, por mucho que provenga de una máquina, no es neutral, ya que cada decisión sobre cómo responder, filtrar contenido o guiar a los usuarios más vulnerables a una respuesta puede tener implicaciones morales directas, algo que ya ha pasado en ciertas ocasiones en las que jóvenes con ideas suicidas han llevado a cabo este acto, aunque también se les ha derivado hacia líneas de ayuda.
Otro de los mayores desafíos que ha señalado Altman es el de la privacidad, proponiendo para ello la creación de lo que ha llamado como “privilegio de IA”, algo similar a la confidencialidad médico-paciente o abogado-cliente, con el fin de proteger las conversaciones más sensibles que se mantengan con ChatGPT y se asegure que nuestra información persona no se vea comprometida.