Acerca del combustible de los coches circula una gran cantidad de historias y recomendaciones de todos los gustos y que más o menos todos conocemos. Desde que suele ser mejor repostar a principios de semana por el coste es más barato a evitar hacerlo cuando el camión de reparto está rellenando los depósitos de los que se abastecen los surtidores.
Aunque la mayor duda es sobre la recomendación o no de acudir de forma habitual a gasolineras low cost. De entre todas las opiniones, hay que quedarse siempre con la de los expertos, como es el caso de Carlos Pérez, elegido el mejor mecánico de 2025 por La Comunidad del Motor: “A largo plazo, el uso de combustibles de peor calidad puede provocar averías y un mayor desgaste del motor”.
En el arranque de este debate, Pérez deja claro que “aunque todas las gasolinas proceden en última instancia de los mismos proveedores mayoristas, las diferencias están en los aditivos que cada una de las compañías incorpora. Estos aditivos son los que ayudan a mantener limpio el sistema de alimentación y a prevenir la acumulación de residuos en el motor, lo que puede afectar al rendimiento y la durabilidad del vehículo”.
Tentador, pero conlleva problemas a futuro
Pérez reconoce que “el precio puede resultar tentador” pero no sólo hay que mirar el bolsillo a corto plazo, también hay que pensar en el futuro ya que el uso de combustibles de peor calidad “puede provocar averías y un mayor desgaste del motor, con el coste que eso supone en reparaciones. Al final, un buen combustible es una inversión en tranquilidad y mantenimiento”.
Los precios van en aumento
En general, el precio del combustible, tanto en low cost como en gasolineras tradicionales, irá aumentando en los próximos meses. De acuerdo con los cálculos realizados por la Comisión Europea, el coste de la gasolina y el diésel podría aumentar nada más y nada menos que 25 céntimos en los próximos cinco años. Eso sería consecuencia del nuevo Sistema Europeo de Comercio de Emisiones (ETS II), que provocará que los combustibles fósiles sean mucho más caros de lo que lo son en la actualidad, tal y como se ha publicado en diferentes medios especializados en el ámbito del motor. Estaríamos, por tanto ante una nueva medida para reducir las emisiones por parte de la Unión Europea.
Para los conductores y propietarios de vehículos térmicos dentro del territorio de la UE esto conllevará costes adicionales considerables a la hora de repostar. Por otro lado, desde la clase política, se buscan nuevos métodos para incentivar la movilidad eléctrica y la desactivación del mercado de vehículos tradicionales. Es algo que muchos consideran el gran objetivo a lograr por una parte, que ve en la subida del combustible un nuevo “mazazo” para los propietarios de vehículos con este tipo de carburantes.
Una nueva normativa para 2027
De acuerdo con las informaciones publicadas por la Comisión Europea, la gasolina y el diésel estarán sujetos en la UE, a partir de 2027, a nuevos certificados que encarecerán el precio de los combustibles en las gasolineras, al gravar más las emisiones contaminantes.
Ante esta situación, la recomendación de las autoridades de la UE es acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica. Por otro lado, las asociaciones de automovilistas europeos, como ADAC, apuestan por promocionar más y mejor el nuevo combustible E20, un carburante más ecológico que en 2027 tendrá un precio más competitivo al no sufrir el aumento de las tarifas al CO2, a diferencia del diésel y la gasolina.