La conocidísima empresa española Telepizza está pasando ahora mismo por uno de sus peores momentos desde que se fundase allá por 1987, y es que está registrando pérdidas millonarias que están preocupando (y mucho) a sus inversores y clientes. Esta cadena de comida rápida conocida por sus pizzas, por su reparto y por su presencia masiva en ciudades y barrios alrededor de nuestro país está atravesando una crisis que nada tiene que ver con la calidad de su masa o sus ingredientes, sino con problemas estructurales que afectan a su modelo de negocio y a su capacidad financiera.
La compañía, que en 2024 cerró con 48,1 millones de euros en pérdidas, ha visto cómo su crecimiento se frena y su red de locales se reduce drásticamente y, mientras antes era sinónimo de expansión y de innovación en el sector de comida rápida, hoy Telepizza enfrenta cierres, deuda y conflictos laborales que ponen en riesgo su continuidad.
Una gran deuda, varios cierres de sus establecimientos y pérdidas millonarias de ingresos
El grupo matriz de Telepizza, Food Delivery Brands, acumula una deuda de 150 millones de euros y un patrimonio neto de apenas 22,6 millones, factores a los que ni siquiera la facturación acompaña, ya que los ingresos previstos de 300 millones se quedaron en 249,9 millones, un descenso del 18%. España, que representa el 60% del negocio, tampoco ha sido suficiente para sostener la rentabilidad, algo que se pudo ver el año pasado, cuando Telepizza perdió 24,8 millones de euros solo en su país de origen.
Y es que tuvieron que llevar a cabo una gran reestructuración debido a la salida del fondo KKR y la posterior toma de control por parte de los bonistas en 2023, la cual no ha conseguido darle la vuelta a esta situación tan alarmante; y es que gran parte de los ingresos se están destinando a pagar intereses, los cuales el año pasado ascendieron a los 18,6 millones de euros. A esta tormenta perfecta, hay que sumarle el cierre de muchos de sus locales, así como la reducción que llevaron a cabo en la plantilla, puntos que han generado provisiones adicionales de mas de cinco millones de euros.
La dimensión laboral y la reducción internacional
Por si no fuera poco, los problemas a los que se enfrenta actualmente Telepizza no son solo contables, sino que llegan a los conflictos laborales con sus empleados, como por ejemplo cuando en Albacete 52 trabajadores de tres locales convocaron una huelga por retrasos en el pago de nóminas y actualización de sueldos al SMI. Si bien esta huelga se desconvocó después de un acuerdo parcial, esta realidad ya ha acompañado a la cadena a lo largo y ancho de España, llegando a afectar a empleados que llevan décadas en la empresa.
A nivel internacional, Telepizza también ha recortado su presencia, tal y como se muestra al saber que en ha cerrado 100 locales en Chile, ha intentado vender filiales en México y Ecuador sin éxito y su red global ha pasado de 2.368 locales en 2022 a alrededor de 1.600 en 2024.
Además, la estrategia de alianzas tampoco ha dado frutos, ya que el acuerdo con Pizza Hut en 2018 se canceló y la compañía tuvo que abandonar 1.000 tiendas de esta marca. Desde entonces, Telepizza depende de financiación de accionistas y préstamos, aumentando sus gastos financieros y complicando la recuperación de confianza de inversores y clientes.
Si bien está centrando ahora su estrategia en España, Portugal e Irlanda, lo cierto es que su rentabilidad sigue siendo un verdadero desafío, algo que ha sido avalado por parte de PwC tras una auditoría en la que concluyó (palabras textuales) que hay “incertidumbre material sobre la continuidad del negocio”.