Adiós a las dudas: grabar una conversación con otra persona es legal cuando cumples este requisito

Seguro que en más de una ocasión te has preguntado si es legal grabar una conversación con otra persona si que esta lo sepa. Es una duda más común de lo que pueda parecer y, de hecho, muchas personas se lo cuestionan en determinados momentos. Tanto si es para utilizarla como protección en una discusión laboral, en un conflicto entre vecinos u otros casos, la posibilidad de grabar o no puede marcar la diferencia. En España es legal, pero siempre y cuando la persona que realiza la grabación participe en la misma y no es necesario que avise o pida permiso al resto de interlocutores.

Cómo hacer una grabación legal de una conversación

Muchos casos son los que han empezado con una discusión verbal y han terminado en los tribunales, lugar en el que es decisivo tener una grabación puesto que puede cambiar por completo la historia en un juicio. Esto lo saben los abogados: un archivo de audio puede ser más convincente que cualquier testimonio escrito, porque no deja lugar a dudas sobre lo que se dijo y en qué contexto.

Pero no todo vale, no es tan fácil. No se puede sacar una grabadora y dejarla escondida en una reunión. La normativa de nuestro países establece una regla muy clara, que si no se cumple invalida la grabación y podrá conllevar incluso consecuencias legales para quien la realiza.

Para que una grabación sea considerada legal y se pueda usar como prueba en un juicio, la persona que graba debe estar participando en la conversación. Es decir, no se puede grabar una conversación privada entre dos o más personas si no formas parte de la misma. Esto sería considerado como una vulneración del derecho a la intimidad y, por tanto, un delito. Pero, si formas parte de la conversación, tienes derecho a grabar lo que dicen y no existe la obligación de avisar a los demás con independencia del asunto: reunión de trabajo o discusión familiar, por ejemplo. La ley está de tu parte.

Relevancia en el ámbito laboral

Esto cobra todavía más importancia cuando ocurre en el ámbito laboral. Imagina que un trabajador sufre amenazas, acoso laboral, presiones o comentarios discriminatorios en el día a día. Sin pruebas, todo queda en un “esta persona me dijo que…”, algo que rara vez sigue adelante en los tribunales. Sin embargo, una grabación realizada de forma legal puede convertirse en una pieza clave para demostrar lo ocurrido. De hecho, son cada vez los abogados que recomiendan este recurso a sus clientes, ya que la justicia los acepta como una prueba válida siempre que se cumpla la condición de que el que graba está presente en la conversación.

Las llamadas telefónicas lo complican

No es tan fácil con las llamadas telefónicas. La normativa exige que para que la grabación de una llamada pueda presentarse en un juicio, debe hacerse de forma directa desde el propio teléfono que la realiza o la recibe. Por tanto, no vale con poner el altavoz y grabar con otra grabadora, ni tampoco utilizar un segundo dispositivo colocado cerca. En estos casos, la prueba podría ser invalidada. Lo que se necesita es una aplicación específica de grabación de llamadas instalada en el móvil, o la función nativa que algunos teléfonos ya incorporan. De esta manera, el archivo conserva la autenticidad necesaria para que un juez lo acepte.

Esto se debe porque al grabar desde otro dispositivo existe la posibilidad de manipular el audio o perder calidad, lo que pone en duda la veracidad del contenido. Mientras, un registros realizado desde el propio teléfono, ofrece garantías técnicas de integridad, algo fundamental en el proceso judicial.