En España, la normativa en materia de prevención de riesgos laborales ha endurecido su aplicación y ahora las empresas que no garanticen la instalación y mantenimiento de equipos de seguridad básicos pueden verse ante unos problemas que no son precisamente pequeños, ya que todo eso de las advertencias o multas simbólicas se ha acabado y ahora, la ausencia de equipos de seguridad adecuados en centros de trabajo, podría traducirse en sanciones millonarias, capaces de hacer que el futuro de una empresa se encuentre en la cuerda floja.
Y es que con todo esto, la ley viene siendo muy clara, diciendo que la protección de los trabajadores no es una opción o algo que se pueda elegir si les viene bien, sino que se trata de una obligación legal. Por todo esto, la Inspección de Trabajo ha insistido en que, cualquier empresa (y les da igual que sean más grandes o más pequeñas, o a que sector pertenezca) debe poder garantizar que sus empleados dispongan en todo momento de cascos, guantes, señalización visible, botiquines y sistemas contra incendios.
Todo este endurecimiento de la ley en lo relativo a los equipos de seguridad se ha pensado para reducir los riesgos que podemos encontrar en nuestros entornos laborales, poniendo el foco incluso en salvar vidas, y cuyo incumplimiento no solo resulta en un perjuicio para los trabajadores, sino que ahora la empresa se podría enfrentar una serie de responsabilidades civiles, penales y administrativas.
La primera línea de defensa son los equipos de seguridad
Cuando hablamos de equipos de seguridad no nos referimos únicamente a aquellos que podemos encontrar en las grandes instalaciones industriales, sino que este concepto es mucho más amplio y va desde un casco de protección en una obra hasta un botiquín revisado en la cocina de un restaurante o un detector de humo en una oficina, ya que todos estos son elementos esenciales que actúan como la primera barrera frente a los accidentes laborales, los cuales, son más comunes de lo que pensamos y cuyas consecuencias pueden ser gravísimas.
Los equipos de seguridad personales, como los EPIs (cascos, guantes, calzado antideslizante, gafas protectoras o mascarillas), resultan imprescindibles para que un trabajador pueda desempeñar su labor sin temor a lesiones graves. Y es que la normativa los convierte en un requisito obligatorio, y su ausencia puede implicar no solo multas, sino también indemnizaciones millonarias en caso de accidente, por lo que es bastante obvio que para los responsables de una empresa, invertir en estos equipos de seguridad no es un gasto superfluo, sino un seguro de vida que protege tanto a su plantilla como a la propia organización.
Señalización, incendios y primeros auxilios
Uno de los errores más frecuentes que hay en las empresas es el pensar que basta con que tengan unas cuantas cosas básicas para “cumplir” mínimamente con la ley, algo que se encuentra totalmente alejado de la realidad, ya que la normativa les exige que haya un sistema completo e integrado, en el que la señalización sea clara y visible, que los extintores se encuentren en buen estado y sean de fácil acceso, y que los botiquines se encuentren siempre con todo el material necesario para cubrir ciertas emergencias (y que lo que haya esté en buen estado, lógicamente).
Y es que imagínate trabajar en una nave industrial y que, de repente, haya un incendio. En esta situación, tener en primer lugar unos detectores de humo que funcionen correctamente y unas señales luminosas de evacuación es la primera línea para que el caos que ocurre en este tipo de situaciones no escale rápidamente y pueda actuarse del mejor modo, evacuando de una forma ordenada, lo cual es bien sabido que en muchas ocasiones evita una tragedia.
Esto es algo que también ocurre con los primeros auxilios, para los cuales disponer del material correcto y contar con personas formadas en este campo reduciría al mínimo las consecuencias de un accidentes, evitando así bajas prolongadas o, incluso, algo mucho peor. Y es que prevenir cualquier situación, por muy descabellada que parezca, será siempre la mejor opción, tanto para trabajadores como para los propios empresarios.