A partir del 1 de enero de 2026, las empleadas del hogar en España van a ver cómo sus derechos laborales aumentan y se refuerzan gracias a tres medidas nuevas con las que se busca mejorar la seguridad, la salud y la formación en el trabajo doméstico. Y es que este es un sector que, por desgracia, ha quedado históricamente denostado y cuyos trabajadores (más bien, trabajadoras, ya que lo conforman en su mayor parte mujeres) muchas veces ni eran dados de alta en la Seguridad Social.
Pero gracias al Real Decreto 893/2024, el cual fue aprobado el 10 de septiembre, se van a introducir una serie de cambios para que todas aquellas personas que trabajen en domicilios privados cuenten con una serie de garantías para prevenir cualquier riesgo al que puedan enfrentarse. Además, hay que tener en cuenta que no se tratan de firmar unos papeles y ya, sino que va más allá de los trámites administrativos, con normas que contemplan desde la evaluación de riesgos en la vivienda donde se realiza el servicio hasta una formación inicial en prevención de riesgos laborales y reconocimientos médicos gratuitos cada tres años.
Tres derechos con los que se pretende proteger a las empleadas del hogar
El primero de estos tres nuevos derechos es que se debe garantizar la evaluación de riesgos en el domicilio en el que se esté trabajando, lo cual implica que a partir de 2026, los empleadores van a tener que llevar a cabo un análisis de los posibles peligros que puedan existir en la vivienda donde se desempeña el trabajo.
Como es lógico, muchos de nosotros no tenemos titulaciones relacionadas con la prevención de riesgos laborales, por lo que para facilitar esta tarea, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) habilitará una herramienta online gratuita que permitirá identificar riesgos de forma sencilla, intentando así que las empleadas del hogar trabajen en un entorno lo más seguro posible y prevenir cualquier posible accidente.
El segundo derecho que van a adquirir es el de una formación en prevención de riesgos laborales, de tal forma que, cada vez que una trabajadora del hogar se incorpore por primera vez a un empleo, podrá recibir una capacitación específica adaptada a sus funciones, la cual debe impartirse (si se puede) dentro de la jornada laboral. En caso de que esto no sea posible y se deba hacer fuera de dicho horario, ese tiempo se compensará con tiempo de descanso equivalente.
Dentro de esta formación o capacitación, las empleadas del hogar podrán aprender a manejar mejor productos químicos (recordemos que dentro de su labor están en contacto con productos de limpieza, los cuales pueden llegar a ser muy peligrosos para la salud si no se manipulan correctamente), ergonomía y qué hacer ante cualquier situación de riesgo con la que puedan encontrarse.
Por último, el tercer derecho con el que contarán a partir del 2026 es que podrán realizarse reconocimientos médicos gratuitos cada tres años, los cuales son realizados por el Sistema Nacional de Salud a fin de que se puedan detectar de manera temprana posibles efectos derivados del trabajo doméstico, como problemas musculoesqueléticos o fatiga crónica, y así tomar medidas preventivas.
Es importante señalar que, más allá de estos tres nuevos derechos, gracias al ya mencionado Real Decreto 893/2024, se van a incorporar otras medidas con las que quieren proteger a las empleadas del hogar ante situaciones de peligro grave, violencia o acoso; gracias a lo cual, ante un riesgo inminente, van a poder interrumpir su trabajo o abandonar el domicilio sin que esto se considere abandono voluntario o motivo de despido.
Yo soy empleada de hogar y tres hijos y divorciada