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El término autoestima tiene que ver con la valoración que hace una persona de sí misma: rasgos de su identidad, cualidades y características más significativas de nuestra forma de ser. Hasta el aprecio y amor que experimentamos hacia nuestra propia persona, la consideración que mantenemos hacia nuestros intereses, creencias, valores y modo de pensar.
Redes cambiantes
Anteriormente las redes sociales se definían como un vínculo de amistad o valor que había entre personas que se conocían, pero desde hace un tiempo la evolución de estas ha supuesto un gran cambio, ahora se definen como aquellas aplicaciones en las que se puede compartir fotos, comentarios y vínculos con personas que no necesariamente conocemos. La evolución de estos medios ha aportando numerosos avances y aspectos positivos, no vamos a debatir si existe la tecnología “buena o mala” porque ya sabemos que depende del uso y de la persona que se encuentre detrás de la pantalla.
Es importante destacar la vinculación de las redes sociales con la autoestima y las diversas emociones y sentimientos que aparecen al ver la vida aparentemente idílica de los demás. Porque una conducta que suele repetirse entre los usuarios y usuarias de redes es no subir o publicar momentos de tristeza, confusión o fracaso, sino todo lo contrario. Mostrando una realidad poco real y es que, no está normalizado mostrarse vulnerable en el mundo digital. La población joven pueden crear sus perfiles en las redes sociales para intentar suplir lo que en la vida real no poseen, teniendo así una la falsa percepción de aceptación social.
Aspecto psicológico y emocional de las personas
Las personas expertas en estos temas apuntan que el uso de las redes sociales está asociado con el aspecto psicológico y emocional de las personas. Hasta el punto de incidir en la forma de cómo perciben al mundo. La interacción entre los seres humanos se está volviendo más tecnológica que personal, los abrazos, los besos y las caricias son sustituidos por comentarios, likes y follows.
Esto tiene repercusión en los más jóvenes, que son más susceptibles de creer tener una vida simple y aburrida por no tener los lujos que muestran sus seguidores en las redes sociales. Esto genera un sentimiento de rechazo hacia sí mismos y complejos por “no tener una vida perfecta”.
Claro impacto en la autoestima
El impacto sobre la autoestima es mayor a medida que, se le dedica más tiempo a las redes y aumenta su exposición, la tendencia a la comparación se hace más sencilla. En relación a ello varias figuras públicas han manifestado lo artificial que se esconde detrás y lo dañino que puede llegar a ser.
Es importante tener presente que si llegamos a sentirnos incómodos con nosotros mismos cuando usamos redes sociales, la autocompasión es una parte clave del bienestar. Sé paciente contigo, escucha tus pensamientos y atiende tus necesidades. Es posible que necesites dedicar tiempo a otros hobbies, hacer algo que te guste o reducir el consumo de redes y sobre todo tener en cuenta que la gente muestra una pequeña parte del mundo que les rodea. Siendo mucho más valorado ciertos momentos que otros, evitando publicar momentos de frustración, tristeza o decepción reales para cualquier persona.