En España, los datos hablan por sí solos, y es que los trabajadores se jubilan más tarde y reciben una pensión media inferior a la de sus vecinos franceses. Mientras que en Francia el importe medio ronda los 1.600 euros mensuales, en España apenas supera los 1.300, es decir, quienes llegan a la jubilación tras décadas de esfuerzo cobran de media unos 300 euros menos. Y lo más llamativo es que, a pesar de esa diferencia, en España se sigue trabajando más años antes de acceder al retiro del mercado laboral.
Como siempre con el tema de las pensiones, estos datos vuelven a abrir un debate que dudamos que se cierre alguna vez, en el que también entran otros factores como la sostenibilidad y la equidad del sistema que tenemos actualmente. En nuestro país, la tasa de sustitución es del 80%, situándose como uno de los porcentajes más altos de Europa, pero todo el esfuerzo laboral que hay que hacer antes de llegar a la jubilación hace que muchos piensen que no se les está compensando como realmente merecen, algo que es tangible si comparamos nuestros datos con los del país galo.
La edad y los años de cotización: las diferencias entre España y Francia
En España, quienes en 2025 tengan 65 años y acumulen 38 años y 3 meses cotizados podrán jubilarse con el 100% de la pensión y, en caso de no alcanzar ese tiempo de cotización, deberán esperar hasta los 66 años y 8 meses, y la edad seguirá subiendo hasta situarse en los 67 en 2027. Por su parte, en Francia se necesitan al menos 42 años de cotización para lograr la pensión completa, aunque la edad mínima sigue siendo de 62 años y 9 meses debido a la congelación de su reforma hasta 2028.
Como podemos ver, en Francia exigen que se cotice durante más tiempo, pero sí permiten que los trabajadores se retiren antes del mercado laboral; mientras que en España hacen faltan menos años para cobrar la pensión completa, pero la edad de jubilación se está retrasando de manera progresiva hasta 2027.
El coste del sistema y la presión demográfica
El gasto en pensiones, en España, se encuentra cerca de los 216.000 millones de euros, lo que equivale al 12,9% del PIB, una cifra que es bastante preocupante si tenemos en cuenta el envejecimiento de la población y la baja natalidad. Esto significa que, actualmente, hay 2,32 trabajadores por cada pensionista, una ratio que seguirá reduciéndose si no se adoptan medidas que impulsen la natalidad o la inmigración laboral, los cuales son por el momento las únicas opciones que se manejan.
Si nos vamos a Francia, podremos observar que el sistema de pensiones de este país se apoya en un modelo mixto basado en puntos; pero en nuestro país, el sistema se calcula según las bases de cotización de los últimos años, premiando de esta forma a aquellos con carreras laborales más estables por encima de los que han tenido trabajos precarios o periodos sin cotizar, lo que explica la diferencia que existe entre ambos países cuando se habla de la cantidad que reciben en su jubilación.
¿Por qué en España se cobra menos pensión?
La respuesta no se reduce solo al número de años cotizados, sino que aquí entran otros factores como los salarios medios, la temporalidad o la menor aportación al sistema por parte de ciertos sectores, los cuales también influyen directamente. En España, los salarios son más bajos que en Francia, y eso repercute en la base de cotización y, por tanto, en la pensión futura; además de que el peso del empleo parcial y las lagunas de cotización reducen la cuantía final de muchas jubilaciones.
Sin embargo, el dato que más indigna a los pensionistas es que, tras una vida entera de trabajo, el poder adquisitivo que garantiza su pensión es notablemente menor. Y es que en Francia, una pensión media permite cubrir con más holgura el coste de la vida; mientras que en España, la brecha entre ingresos y gastos se ha ampliado, sobre todo con la subida de precios de la última década.