La Agencia Tributaria da un giro al panorama de la vivienda y lo hace con una nueva norma que impacta a todos aquellos propietarios que tienen más de una en nuestro país. A partir de ahora, aquellos que posean una segunda residencia, incluso si no está alquilada o no se utiliza de forma habitual, deberán declararla en el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF). De no hacerlo se enfrentan a importantes sanciones económicas.
Poseer una segunda vivienda no sólo ayuda a tener un ahorro familiar o una fuente de ingresos extra al presupuesto de cada mes, también conlleva una serie de obligaciones en el ámbito tributario. Así, desde Hacienda se quiere incrementar la transparencia y el control sobre el uso de propiedades en España con una norma que no sólo afecta a aquellas personas que venden por debajo del valor de mercado, también a los propietarios de una segunda residencia que no se declare.
La obligación de declarar una segunda vivienda
Los expertos de Tax Down aseguran que toda persona que posee una segunda propiedad está obligada a incluir la misma en su Declaración de la Renta, sin importar si la vivienda se utiliza o no. Esto se aplica tanto a viviendas alquiladas, considerando los ingresos como rendimientos del capital inmobiliario, como a aquellas que se encuentran vacías.
Desde la Agencia Tributaria se permitirá reducir ciertos gastos que se asocian a la propiedad, como son los referidos a reparaciones o intereses hipotecarios. Sin embargo, el propietario deberá tributar por los beneficios que ha obtenido, variando la carga impositiva en función de la renta total y de los gastos deducibles que se justifiquen de manera adecuada.
Incluso en el caso de que la propiedad no genere ingresos, la Agencia Tributaria exige que se declare. Esta información debe quedar reflejada en el apartado Bienes Inmuebles no afectos a actividades económicas de la declaración del IRPF. En este caso, Hacienda calculará un rendimiento imputado, una cantidad ficticia de ingresos basada en el valor catastral que tiene el inmueble en cuestión.
Este rendimiento se estima de la siguiente manera por parte de Hacienda:
- 2% del valor catastral si no ha sido revisado durante los últimos 10 años.
- 1,1% del valor catastral si no ha sido actualizado mediante valoración colectiva durante la última década.
- 1,1% sobre el 50% del valor de mercado estimado si el inmueble no cuenta con valor catastral.
Las consecuencias de no declarar la segunda residencia
Es muy complicado que a Hacienda se le escape que no se declara una segunda vivienda u otro tipo de obligación. El organismo público posee la facultad de cruzar datos catastrales fiscales con el fin de identificar propiedades que no han sido declaradas. Así, la omisión de una segunda vivienda en la Declaración de la Renta puede ser considerada como una infracción tributaria, lo que conlleva la opción de tener que pagar multas y recargos considerables.
En el caso de detectar irregularidades, la Administración Tributaria podrá imponer sanciones económicas que serán proporcionales a la gravedad del incumplimiento. Estas sanciones podrían incrementarse si la vivienda no declarada ha generado ingresos no reportados, tales como alquileres no declarados.
Así se debe declarar una segunda vivienda
Para evitar errores y sanciones se deben seguir los siguientes pasos:
- Comprobar que el valor catastral esté al día.
- Garantizar que la vivienda se incluya en la sección adecuada de la Declaración de la Renta.
- Informar sobre cualquier ingreso por alquiler y guardar las facturas de los gastos deducibles.
- Consultar con un asesor fiscal si hay dudas sobre la correcta tributación.