Si hay una ciudad estricta en busca de proteger del descanso de sus vecinos esa es Barcelona. La capital de Cataluña se ha convertido en una de las severas a la hora de castigas a quienes no cumplen con la normativa y molestan al resto de las personas y en Navidad también quiere dar muestra de ello. Desde las autoridades se ha comunicado que no se tolerarán comportamientos incívicos que perturben la paz del entorno, con el objetivo de lograr un equilibrio sensato entre la diversión y el respeto mutuo. Quien no lo cumpla, ojo a las posibles consecuencias. Y es que acciones como peleas callejeras, actos vandálicos o uso de megafonía no autorizada pueden tener un castigo de hasta 3.000 euros.
El respeto por el descanso de los vecinos
El ruido es uno de los principales motivos de queja en las grandes ciudades como Barcelona durante las fiestas navideñas. Los vecinos tienen derecho a descansar si tener que soportar el comportamiento inadecuado de aquellas personas que gritan, escuchan música alta o generan alboroto continuamente. Las autoridades locales consideran que la salud y el bienestar de los residentes debe ser una prioridad absoluta y por ello se perseguirá durante estas Navidades todavía con más firmeza cualquier acto que vulnere este derecho fundamental.
Las sanciones más leves
Las multas más habituales relacionado con estos tipos de actos están relacionadas, en su mayoría, con ruidos molestos que no llegan a catalogarse como excesivamente graves. Hablamos de situaciones comunes como hablar a un volumen excesivo en terrazas o portales a altas horas de la madrugada. En este tipo de casos, la sanción económica puede ascender a los 750 euros, una cifra que siempre hace daño y más en estas fechas. Aunque puedan parecer acciones inofensivas, el castigo es elevado.
En este punto es importante entender que la percepción del ruido es diferente para el que lo produce y para la persona que lo sufre. Así, será la Guardia Urbana de Barcelona la que tendrá que decidir en cada situación y determinar si hay o no infracción, con la consiguiente sanción si consideran que existe una molestia que debe ser castigada.
Las sanciones que alcanzan cifras muy elevadas
El castigo alcanza una cifra muy alta, los 3.000 euros, cuando las molestias son consideradas graves o existe reincidencia por parte del infractor detectado. Si se altera de forma clara y directa la tranquilidad del vecindario en Barcelona, hay que atenerse a las consecuencias. Aquí entran en juego comportamientos como peleas callejeras, actos vandálicos o el uso de megafonía no autorizada en la calle.
Tener que pagar una cantidad tan elevada supone un golpe durísimo para cualquier familia media en la actualidad, se produzca en Barcelona o donde se produzca. Pero las autoridades tiene claro que aplicarán el máximo rigor cuando detecten una falta total de respecto hacia la comunidad de vecinos. No se trata de recaudar dinero, también de enviar un mensaje contundente contra el incivismo extremo en la ciudad. Es preferible moderar el comportamiento antes de enfrentarse a una sanción de gran magnitud.
Más presencia de la Guardia Urbana
Los agentes de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona aumentarán su presencia en las zonas de ocio nocturno durante las fiestas navideñas con la función de patrullar las calles para detectar focos de ruido y disolver concentraciones problemáticas al momento. La Guardia Urbana tiene instrucciones claras, actuar con firmeza ante cualquier vulneración de la ordenanza ya que la seguridad y el silencio nocturno son sus principales objetivos operativos durante la Navidad.
Además de imponer sanciones, los agentes deben realizar una labor pedagógica informando a los ciudadanos de las normas que están vigentes.