La Agencia Tributaria ha dado un paso importante para flexibilizar el sistema tributario, adoptando un criterio que quizás pueda contribuir a reducir la presión de los contribuyentes: el denominado “derecho al error”, que es una de las ideas sobre los errores que se llevan tratando desde hace un par de años y que pretende recuperar una idea de enfoque más humano sobre los errores de los contribuyentes en relación con la aplicación de sus deberes tributarios, tratando de diferenciar errores por parte de los ciudadanos de errores en la tributación por parte de la propia Agencia.
Un paso hacia la comprensión: Hacienda reconoce el “derecho al error”
El Defensor del Contribuyente fue unas de los primeros en promover esta idea que posteriormente sería impulsada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (a ambos instaron a Hacienda a que tratase de modo distinto aquellos errores que no perjudican a las arcas públicas, tal es el caso de presentar una declaración, esa con declaración negativa o la declaración de la Renta a devolver fuera de plazo) y, por tanto, los errores sin ánimo de fraude ya no darán lugar a sanciones personales en aquellos casos y Hacienda podrá evitar sancionar a aquellos contribuyentes cumplidores que incurra en errores puntuales.
Menos sanciones y un cambio de enfoque en las multas
Los números resultan elocuentes. En los últimos dos años, las infracciones sancionadas por Hacienda debido a errores de este tipo han disminuido mucho. Según los últimos datos oficiales, las multas en relación con las declaraciones informativas han disminuido un 67% entre 2021 y 2023, mientras que las sanciones por autoliquidaciones fuera de plazo han disminuido un 36% en igual período.
Estos datos reflejan la efectividad de los cambios introducidos, que han ido eliminando paulatinamente las sanciones automáticas en aquellas situaciones en las que no se produce fraude. Este enfoque fue destacado por la presidenta de la Agencia Tributaria, Soledad Fernández Doctor, en el reciente Congreso de los Inspectores de Hacienda celebrado en Córdoba al resaltar la necesidad de la nueva política de sanciones para considerar la conducta del contribuyente antes de sancionar.
De este modo, el cambio de perspectiva que se propone es que el sistema tributario considere un margen de tolerancia hacia la accidentalidad en los errores cometidos. Así mismo, queda claramente establecido que las sanciones se van a centrar en las conductas de gravedad y en aquellos supuestos en los que se detecta algún tipo de intencionalidad o perjuicio económico para la Administración.
Nuevos ajustes en 2024 y la revisión del régimen sancionador
El plan anual de Hacienda para 2024 continúa esta tendencia y prevé una revisión más amplia de los criterios de actuación del régimen de reclamaciones. La idea es seguir potenciando la detención de errores a partir del análisis de culpabilidad a fin de no sancionar a los contribuyentes que cometan errores involuntarios y sin un impacto económico significativo.
Los contribuyentes tradicionales, aquellas personas que suelen cumplir correctamente con sus obligaciones, serán los que más se beneficiarán de las mismas. Por ejemplo, un error en la presentación del resumen anual del IVA o la demora en la declaración de la Renta con devolución serán errores que se podrán tolerar en mayor medida. Hay que subrayar que Hacienda está dando un paso hacia una política más asistencial hacia el contribuyente que hacia la mera imposición de sanciones, en la misma línea que en algunos países europeos.
Los pensionistas también se beneficiarán con nuevos incentivos
La modificación implementada afectará no solo a los contribuyentes que se encuentren activos, sino que también los nuevos pensionistas verán aumentadas aquellas prestaciones de las que puedan disfrutar en este sentido. La persona que empiece a disfrutar de su prestación por jubilación podrá optar a una compensación adicional en función del tiempo que haya disfrutado de la percepción de su prestación por jubilación. La presente medida busca compensar el impacto de los ajustes y de los tiempos de cotización, de forma que se pueda paliar un poco el impacto que para estas personas supone la jubilación.