España es el segundo país con más niños en riesgo de caer en la pobreza de la Unión Europea, un total de 2,7 millones de menores se encuentran en riesgo de exclusión social.
La crisis está afectando a uno de los colectivos más vulnerables, ya que 27,5% de los menores de 16 años viven en hogares que están bajo el umbral de pobreza, y es una situación de la que no pueden salir por sus propios medios.
Sin embargo, según el último Informe de UNICEF, los presupuestos destinados a la infancia desde 2007 han caído un 6,8 % y un 14,6 % desde 2010 hasta 2013.
España invierte muy pocas ayudas económicas a las familias con hijos, y además hay un reparto desigualitario entre las Comunidades Autónomas. En 2014 se dotaron 17 millones en el reparto del fondo contra la pobreza infantil, de los cuales 1,4 millones fueron destinados a la atención, prevención de la marginación e inserción del pueblo gitano. Beneficiándose las Comunidades menos pobladas, por ejemplo, Comunidades como Madrid o Cataluña recibieron 2 o 3 euros por niño en riesgo de pobreza o exclusión social, frente a La Rioja que obtuvo 55 euros por cada menor.
¿Cómo puede afectar a los menores esta situación a largo plazo?
La dura situación económica que están sufriendo muchos de los menores en España, pueden causar problemas en su desarrollo físico, psicológico y educativo.
Una mala alimentación en edades tempranas puede provocar enfermedades cardiovasculares, anemias, descalcificación en los huesos, problemas respiratorios,…en edad adulta, y puede provocar un acortamiento en la esperanza de vida.
A nivel psicológico, los menores que estén en esta situación, en edad adulta podrán padecer depresión, ansiedad y estrés, ya que un buen desarrollo mental en los primeros 5 años de vida es fundamental. Y en los hogares afectados por el paro, bajos recursos económicos o desahucios, son familias que viven muy presionadas y nerviosas, y estos estados de ánimos son aprendidos para los más pequeños, que van a desarrollar problemas de independencia e inseguridad. También se pueden dar conductas violentas de adultos, por haber vivido situaciones de ira y tristeza en su hogar a edad temprana.
Además muchos menores se sienten frustrados, y pesimistas con respecto a su futuro.
En menores que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social tienen un alto nivel de fracaso escolar, el estrés sufrido en casa les puede provocar problemas de concentración en el estudio, un mal desarrollo cognitivo que le impida realizar estudios superiores, llegan al colegio cansados y preocupados, y cuando llegan a casa no tienen la atención necesaria, y todo el conjunto de estas situaciones produce dificultades en la capacidad de aprendizaje.
Desde UNICEF alertan que los menores que se encuentran en situación de pobreza estarán marcados de por vida.
Fuentes:
EAPN-ESPAÑA
UNICEF
Cadena Ser
Rtve