El día 24 de marzo tanto profesores, como alumnos y personal administrativo de la universidad pública se rebelaron contra el decreto del 3+2, parando las clases y saliendo a la calle en varios puntos de España.
Asociaciones estudiantiles y sindicatos habían convocado esta huelga para continuar con las movilizaciones que ya se venían realizando desde la anterior huelga (solo de alumnos) del 26 de febrero. Según estos convocantes, la jornada del 24 de marzo ha sido un éxito con un 85% de seguimiento. Las acciones realizadas fueron diversas en los centros donde se llevaron a cabo.
En todas las universidades madrileñas se realizaron encierros la noche anterior, donde se impartieron talleres, se convocaron asambleas y debates y se organizó la jornada de huelga. La asistencia a estos fue diversa: unas 70 personas en el campus de Getafe de la Universidad Carlos III, 40 en la facultad de Físicas de la Complutense, donde también estaban los alumnos de Química y Matemáticas… Por la mañana, se instalaron piquetes informativos en las puertas de los principales edificios. En la Complutense se vivieron momentos de tensión cuando algunos profesores y alumnos insistieron en entrar, incluso llegando a agredir a los estudiantes que organizaban los piquetes. A pesar de esto, se llegaron a cerrar 8 facultades entre la Complutense y la Politécnica: el INEF, Agrónomos, Bellas Artes, Físicas, Biológicas, etc.
Otros alumnos montaron barricadas en los accesos a la universidad. La más impactante fue la que se realizó en el acceso a la Autónoma de Madrid, donde la carretera M606 quedó completamente cortada. También se pudieron ver en la Complutense, estando las más destacadas en el campus de Somosaguas, donde se encuentra la facultad de Ciencias Políticas. También hubo algunas en Ciudad Universitaria, donde sin embargo duraron menos por la rápida acción de los bomberos.
Con la entrada de los alumnos empezaron los pasaclases, una actividad en la que aquellos que habían seguido la huelga recorrieron las aulas en las que se impartía clase para informar al resto de estudiantes los motivos de la huelga y lo que suponía su asistencia allí. Al mismo tiempo, en algunas universidades como la Politécnica, la Autónoma o la de Alcalá de Henares se realizaron marchas al rectorado para entregar a los respectivos rectores las demandas de los estudiantes. Estas demandas se centraban básicamente en la no aplicación del decreto del 3+2 y en el compromiso de los rectores contra futuros recortes. La recepción que tuvieron fue muy diferente dependiendo de las universidades: en la Politécnica el rector ni siquiera accedió a reunirse con los alumnos, mientras que en la Complutense sí que lo hizo, llegando a firmar un documento en el que se comprometía a no aplicar la nueva medida y a defender esto ante el gobierno y otros rectores.
La presencia policial fue una constante a lo largo de toda la jornada. En el campus de Somosaguas varias furgonetas de la policía e incluso un helicóptero vigilaban a los estudiantes, mientras que en Ciudad Universitaria había concentrado también un número importante de unidades antidisturbios. Uno de ellos llegó a identificar a un alumno y amenazarlo de hacerlo responsable de todos los desórdenes que pudieran haber cometido el resto, según informa otro estudiante que se encontraba allí en ese momento, que no quiere revelar su nombre.
El día concluía con una manifestación convocada por todos los sindicatos mayoritarios y diversas organizaciones estudiantiles, que recorrió con gran afluencia de gente el trayecto entre Neptuno y la Puerta del Sol. El comunicado no se llegó a leer ya que jóvenes antifascistas, contrarios a las organizaciones que habían convocado esta marcha, lo boicotearon al grito de “Sindicato de Estudiantes, sindicato de farsantes” y “Comisiones y UGT, sindicatos del poder”. Pero por encima de esto, el día 24 fue una muestra de la unidad de todos los estamentos universitarios contra las medidas de recortes y de encarecimiento de la educación tomadas por el Gobierno.