Hace no mucho tiempo, concretamente el día 11 de Diciembre de 2014, el gobierno de España aprobó la ley vulgarmente conocida como “devolución en caliente”, que podéis ver mejor explicada pinchando aquí. Pero no ha tenido el efecto de retención de la venida de inmigrantes a España que ellos esperaban, sino que, muchas personas siguen intentando salvar sus vidas y las de sus familias acercándose a las costas españolas y a las europeas.
Pero esta opción es muy peligrosa por las condiciones tan precarias en las que viajan. Estos viajes los realizan en un barco que cruza el mar mediterráneo, normalmente desde el norte de África para desembarcar en las costas europeas. Los barcos son privados y los propietarios de ellos aprovechan la necesidad de llegar al mundo occidental de los inmigrantes y exigen un pago muy alto, quizás más de lo que han ahorrado en toda su vida, para transportarles en unas pésimas condiciones.
El día 18 de Abril del año 2015 tuvo lugar otra de esas tragedias que inunda las páginas de los medios de comunicación. Un barco en el que viajaban 950 personas se hundió a 130 millas de la isla italiana de Lampedusa. Tan solo sobrevivieron 28 personas. Este caso hizo despertar a los políticos y a las organizaciones europeas que dicen estar cansados de ver estos sucesos, aunque parecen mirar con ojos cansados.
Trabajaron 17 medios, entre los que podemos contar aviones y barcos, cerca del área de naufragio de este barco, para tratar de rescatar algún superviviente, pero quiero volver a remarcar, que solo sobrevivieron 28 personas. Es positivo que estos medios trabajen dentro de sus posibilidades en el rescate de estas personas, pero la acción de los mandatarios debe ser de prevención, deben tratar de evitar que esto ocurra.
Las primeras medidas que se van a desarrollar para que dejen de suceder estos trágicos accidentes comienzan por poner en el punto de mira de las fuerzas del orden europeo a aquellos que se dedican a traficar con estas personas, y a poner en el norte de África unas oficinas desde las cuales se pueda tramitar y gestionar la concesión de visados para entrar en Europa.
Bibliografía:
El País