La respuesta rápida es que no, no puedes obligar a tu casero a instalar aire acondicionado en tu piso de alquiler, ni siquiera con 42 °C en la calle ni con el ventilador echando humo desde hace semanas. Pero, como casi todo en materia de vivienda, el tema tiene matices, ya que si bien es cierto que la ley no obliga, hay casos en los que puedes negociar, y hacerlo bien puede evitar que termines derritiéndote en tu propio salón.
Y es que el aire acondicionado se ha convertido en un bien casi de primera necesidad en muchas zonas de España, sobre todo con el aumento de las olas de calor. Sin embargo, esto no significa que figure entre las obligaciones mínimas del arrendador, pero vamos a ver algunas de las opciones que tienes si estás viviendo de alquiler y el calor ya se ha vuelto algo insoportable en tu casa.
Qué dice la ley sobre el aire acondicionado en pisos de alquiler
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) exige que la vivienda se mantenga en condiciones de habitabilidad, lo que incluye que sea segura, salubre y funcional para vivir; aunque la mala noticia es que dentro de esta definición no encontramos el tema del confort térmico, y mucho menos si eso pasa por instalar un costoso aire acondicionado.
Tal como explican los expertos en derecho inmobiliario, el propietario no está obligado a incluir aire acondicionado en el inmueble, salvo que esté expresamente pactado en el contrato. Es decir, si en tu contrato aparece que la vivienda incluye aire acondicionado, y este no funciona, entonces sí puedes reclamar; aunque si no hay mención alguna acerca de este tema, no puedes exigir que se instale uno desde cero.
Eso sí, si el piso tiene problemas graves de aislamiento térmico y el calor llega a comprometer la salubridad del espacio, podrías abrir una vía de reclamación, aunque ya te adelantamos que no es fácil demostrar que la falta de aire acondicionado implica un riesgo para la salud.
Cómo proponer la instalación de aire acondicionado sin conflictos
Aunque la ley no te respalde, eso no significa que debas darlo todo por perdido, ya que muchos caseros están abiertos a negociar, sobre todo si la propuesta es razonable y no implica un coste elevado para ellos. Aquí es donde entra en juego la buena comunicación (y relación) que tengamos con el propietario de nuestra vivienda.
Puedes plantear por escrito que quieres instalar un aire acondicionado portátil o de tipo split, dejando claro que no tocarás elementos comunes del edificio y que correrás con los gastos, o bien proponiendo que se repartan. También es importante acordar por adelantado qué pasará con el aparato cuando termine el contrato: ¿te lo llevas tú? ¿se queda como mejora del piso? Todo eso debe constar por escrito y firmado por ambas partes, a ser posible como anexo al contrato original.
Este tipo de acuerdos suelen funcionar mejor cuando aportas soluciones, por ejemplo, si adjuntas un presupuesto detallado de la instalación del aire acondicionado y propones una empresa certificada, el casero verá que vas en serio. También puedes explicar cómo mejoraría la eficiencia energética del piso o el valor de la vivienda a futuro.
Qué alternativas tienes si no puedes instalar aire acondicionado
Lo cierto es que no todo el mundo puede permitirse un split, y muchos no se encuentran por la labor de poner uno de estos aparatos, así que si este es tu caso, debes saber que hay algunas alternativas a instalar un aire acondicionado tradicional, como instalando burletes o cortinas térmicas, productos que te ayudarán a mejorar el aislamiento térmico.
También se pueden instalar ventiladores de techo, una opción que se ha vuelto muy popular desde hace un tiempo, o pedirle a tu casero algunas mejoras menores como el instalar toldos o persianas exteriores, los cuales te ayudarán sobre todo en los días de más calor.
Y, por supuesto, ten en cuenta que no debes instalar un aire acondicionado sin permiso o por tu cuenta y riesgo.