Los autónomos se revelan ante los planes del Gobierno: “Cualquier esfuerzo adicional cuesta mucho”

Las última semanas hubo mucho movimiento en cuanto al sector de los autónomos por las propuestas del Gobierno de subir sus cuotas a partir del próximo año. Montse Comesaña es autónoma y destaca de sus ‘compañeros’ de condición laboral que están hechos de “una pasta especial” y que siguen caminando “por más que nos carguen piedras a la espalda, pero…”. En la actualidad, Montse paga 300 euros al mes de cuota y según la primera propuesta iba a pasar a pagar casi 360 euros, que tras las modificaciones realizadas se quedarán en una subida de tres euros.

Barcelonesa, Montse tiene un negocio como asesora en marca personal a otras empresas. Lleva cinco años dada de alta en la Seguridad Social y ha ido consiguiendo una cartera de clientes para consolidar su negocio, pero los márgenes que le quedan son ajustados y su flujo de ingresos no le deja más que, una vez pagados gastos, impuestos y cuotas, 700-800 euros como beneficios. Señala que “por suerte” su marido es asalariado y gana más, porque de otra forma “no tiramos”. Una de las cosas que más le preocupa es su “futura pensión, pero ni no llego a fin de mes cómo voy a preocuparme de nada más?”, comenta.

Montse reconoce que arrancar costó y que a partir del próximo año sus previsiones pasan por unos rendimientos netos de unos 1.500 euros, casi el doble que en la actualidad. Para ella, uno de los “principales problemas de los autónomos” que inician un proyecto profesional “son los costes fijos, como la cuota”.

La cuota reducida, clave

El primer año existe una cuota reducida, algo fundamental en el sector. Pero luego, “cualquier esfuerzo adicional cuesta micho”, dice Ricard Planas, formador y consultor empresarial. Este ingeniero de formación, después de dos décadas como asalariado en firmas como Philips o Seat, decidió montar su propio negocio para ayudar a otros trabajadores por cuenta propio a iniciar y encarrilar su negocio.

Ricard está “a favor” de que las cuotas se adapten a los ingresos, “pero el sistema tiene que ser justo”. Para este consultor, “no puede ser que una persona que gana 600 o 700 euros pague 200 de cuota, mientras que uno que gana 6.000 euros sólo pague 600 euros”.

La falta de progresividad, sobre la que la primera propuesta del Gobierno incidía y que la segunda reduce, ha sido objeto de críticas por parte de las asociaciones de autónomos vinculadas a los sindicatos (UPTA y UATAE). Mientras, la organización vinculada la patronal, ATA, ha defendido congelar todas las cuotas, si bien se encuentran cómodos tras la última propuesta de incremento, por debajo del IPC.

Las pensiones de los autónomos, uno de los objetivos del Gobierno

Desde el Gobierno se pretende, con la actual negociación, reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones, a la vez que se trata de reducir la brecha que existe hoy entre los asalariados y autónomos una vez que se jubilan. Mientras los primeros están retirando con unas prestaciones contributivas de unos 1.600 euros, en los segundos apenas llegan a los 1.000 euros.

Esa preocupación entre el colectivo por cuál será la futura pensión que les quedará está muy presente, pero choca con los deseos de soltar el dinero que de otra manera iría a su bolsillo: “A mí ya no me queda mucho para jubilarme y llevo años pagando más de lo que me correspondería por ingresos para poder asegurarme una mejor pensión”, asegura Mónica De Castro, terapeuta.

No gustó tampoco al colectivo de autónomos que se les utilizara de forma política, porque “al final te sientes como un arma arrojadiza entre unos y otros”. De Castro asegura que ella intenta “aislarse” de estos enfrentamientos.

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