La Declaración de la Renta es un trámite que tenemos todos fijados en el calendario y que se afronta según el resultado, si tenemos que pagar no habrá mucha felicidad y si nos deben reembolsar dinero pues habrá impaciencia por tener esa cantidad cuanto antes en nuestro poder. Al igual que todo, en lo referente a la Declaración, las herramientas para hacerlas e investigarlas han cambiado, tal y como asegura Emilio Baena, ex funcionario de la Agencia Tributaria y hoy mentor de fiscalidad. Detrás no hay un asesor que te revise, lo hace un algoritmo. El resultado es que si haces determinados movimientos, “100% te van a investigar”.
La Inteligencia Artificial (IA) y sus técnicas han llegado al ámbito de la Declaración de Hacienda. Si el organismo era duro antes con los inspectores, ahora que tienen estas herramientas mucho más. En el análisis de las declaraciones actuales, la Agencia Tributaria aplica Big Data e IA para cribar millones de datos en el día a día, por lo que el contribuyente, ya sea una persona o empresa, tiene un perfil de riesgo. Esto quiere decir que hay una puntuación dinámica que se actualiza en tiempo real según los parámetros definidos. Por eso Baena insiste en que “hoy la realidad es otra” ya que el filtro no se cansa, no hace pausas y, por supuesto, tampoco olvida.
Las señales que activan el perfil de riesgo para ser investigados
Baena detalla en la publicación realizada en su perfil de la red social-profesional LinkedIn que hay seis señales que simplifican esos parámetros de selección. En otras palabras, son los comportamientos que colocan a un contribuyente en el radar del sistema de control automatizado.
Las señales son las siguientes:
- “Los gastos que no coinciden con tus ingresos”.
- “Los movimientos de dinero entre cuentas sin justificar”.
- Operaciones internacionales o el uso de criptomonedas”.
- “El exceso de efectivo o facturas con patrones anómalos”.
- “La aparición en registros internacionales de sociedades”.
- “Incongruencias con la información que reportan bancos y plataformas”.
Para que todo quede más claro: si la actividad de una persona no guarda coherencia con lo que declara o con lo que terceros aporta, el algoritmo lo verá. Por tanto, conviene tener en cuenta que el cruce de datos opera de manera continua y automatizada.
El tiempo de revisión y lo que significa
La Agencia Tributaria dispone de cuatro años para revisar los datos aportados en la Declaración de la Renta. Por lo tanto, una revisión puede llegar dentro de ese plazo, incluso cuando muchos piensen que ese ejercicio fiscal se cerró hace tiempo.
En consecuencia, durante este periodo de tiempo, cuatro años, la consistencia es determinante. Lo que en la actualidad no cuadra puede aparecer en un análisis posterior y, por eso, además de una presentación correcta, importa mantener la coherencia entre lo que una persona ingresa, gasta y sobre lo que informan terceros.
Así se evitan problemas con Hacienda
El experto Baena, ex trabajador de la Agencia Tributaria, recuerda la obligación de no solo ser legal, “también hay que parecerlo” y esto conlleva cuidar la coherencia documental y la transparencia de lo que se comunica a la Agencia Tributaria. Baena añade que la estrategia fiscal no debería ser opcional, porque actúa como defensa de la propia transparencia. En la práctica, significa anticiparse: si hay movimientos entre cuentas, operaciones internacionales, uso de criptomonedas, efectivo o facturas atípicas o si una persona aparece en registros internacionales, lo mejor es que todo encaje con lo que se declara y con lo que bancos y plataformas internacionales reportan.