Estás solo y te estás atragantando: esto es lo que debes hacer

Cuando te estás atragantando, actuar de una manera u otra en cuestión de segundos puede suponer la diferencia entre un pequeño susto o una emergencia por la cual debámoslos acudir rápidamente a las urgencias de un hospital, pero todo esto se complica si estamos solos ya que no hay nadie que nos pueda socorrer, algo que además incrementa la presión para quien lo sufre.

Si bien el atragantamiento es algo verdaderamente común y que nos puede pasar a todos comiendo, bebiendo o, incluso, con nuestra propia saliva, es mucho más frecuente en niños y personas mayores, aunque siempre es adecuado saber actuar en esos casos. En este artículo te daremos las claves de lo que debes hacer cuando pase esto, sobre todo si, como hemos dicho al principio, no estás acompañado por otra persona que pueda ayudarte.

Por qué ocurre un atragantamiento y cómo prevenirlo

Pestañear o respirar son actos repetitivos de los cuales no nos damos cuenta y hacemos de manera inconsciente, algo que también pasa con la acción de tragar, en la cual participan y se coordinan muchos músculos junto con una serie de reflejos. Esto últimos, si se ven alterados son los que provocan que nos atragantemos, siendo algunas de las causas más frecuentes para ello el comer demasiado rápido, hablar mientras comemos o bebemos, distraernos mientras llevamos a cabo estas actividades o si ingerimos alimentos difíciles de tragar.

Para poder prevenir un atragantamiento, los expertos recomiendan que al comer, mastiquemos despacio, que no hablemos mientras realizamos estas acciones y que bebamos una cantidad adecuada de agua.

Qué debemos hacer cuando otra persona se está atragantando

En caso de que veas a una persona que se está atragantando, lo primero que hay que hacer es evaluar la situación en la que se encuentra para evitar empeorarlo todo. Obviamente, veremos que tose, por lo que al principio debemos simplemente observar y dejar que el otro individuo expulse lo que le ha provocado el atragantamiento por sí mismo. Si pasado un tiempo, vemos que esto no es posible o que la persona desde el principio no puede directamente respirar, tendremos que realizar la conocida maniobra de Heimlich:

  1. Ponte detrás de la persona y rodea su cuerpo con tus brazos a la altura de su abdomen.
  2. A continuación, coloca un puño por encima del ombligo, es decir, justo debajo del esternón, y cubre ese puño con tu otra mano.
  3. Ahora realiza compresiones rápidas y ascendentes.
  4. Repite la maniobra hasta que el objeto sea expulsado o la persona recupere la respiración.

Qué hacer si te estás atragantando y estás solo

Ahora llega lo complicado del tema, ya que si te estás atragantando y estás solo, se puede complicar todo este proceso. Al igual que en el caso de antes, lo primero que hay que hacer es toser, pero si ves que no se te pasa o que no puede respirar, haz lo siguiente:

  • Puedes realizarte la maniobra de Heimlich en ti mismo, para lo cual tienes que colocar una de tus manos en forma de puño debajo de las costillas, sobre el ombligo, y cubrirlo con la otra mano. A continuación, presiona con fuerza hacia dentro y hacia arriba con movimientos rápidos y secos hasta que expulses el objeto.
  • En caso de que no tengas suficiente fuerza para realizar todo lo anterior, puedes utilizar una superficie firme para apoyarte, como por ejemplo una silla, una mesa o el borde de un mueble. Tienes que apoyar la parte superior del abdomen y empuja con fuerza contra dicho mueble, repitiendo el movimiento hasta expulsar el objeto.

Si en vez de con un objeto, te has atragantado con un líquido no intentes tragarlo nuevamente, sino que debes inclinar la cabeza hacia adelante y dejar que salga por la boca.