Durante años, las tarjetas de crédito han sido una herramienta indispensable a la hora de pagar: las llevamos en la cartera, las añadimos al móvil y hasta al reloj, pero ese gesto tan cotidiano de sacar la tarjeta o acercar el teléfono al datáfono puede estar llegando a su fin. Y no es una exageración, ya que lo que hasta hace nada era tecnología punta, hoy empieza a sonar a pasado.
La nueva era en los métodos de pago ya no necesita plástico, ni PIN, ni cartera, solo a ti. Porque el futuro, que ya empieza a ser presente, pasa por el reconocimiento biométrico, lo cual significa que dentro de poco podrás olvidarte de las tarjetas de crédito para siempre.
Las tarjetas de crédito entran en desuso: llega el pago biométrico
La tecnología no se detiene, y ahora le toca evolucionar al mundo de los pagos, lo que se demuestra en que cada vez más entidades bancarias están desarrollando sistemas que permitirán autorizar transacciones utilizando únicamente tus rasgos físicos: tu cara, tu huella dactilar o incluso tu iris.
Este tipo de soluciones ya se están probando en comercios de Asia y Estados Unidos, pero también hay iniciativas piloto en países europeos, y no tardarán en aterrizar en España. En cuanto los bancos y las grandes cadenas comerciales lo integren en sus procesos, podremos ir al supermercado o a la farmacia sin necesidad de tarjetas de crédito, ni de llevar el móvil encima. Bastará con que una cámara o un lector reconozca quién eres y tendrás el pago hecho.
El procedimiento es tan rápido como sorprendente: primero registras tu cara, tu huella o tu iris en la app de tu banco o en una sucursal; luego, en el momento de pagar, el establecimiento verifica tu identidad mediante un dispositivo biométrico y listo. No hay que introducir claves ni esperar a que cargue una app, y tampoco necesitarás cobertura.
Más seguridad y menos riesgos: así es el pago sin tarjetas de crédito
Una de las grandes ventajas del reconocimiento biométrico frente a las tarjetas de crédito es la seguridad. Los fraudes con tarjetas, la pérdida de datos o las suplantaciones de identidad son todavía una preocupación importante para usuarios y bancos, pero cuando lo que te identifica es tu propia biología, copiarla o sustraerla resulta mucho más difícil. Esto hace que casi el 50% de los españoles confíen en este tipo de métodos al considerarlos mucho más seguros que los tradicionales, y casi el 40% de todos ellos estaría dispuesto a probar esta nueva tecnología en los próximos cinco años.
Y a eso hay que sumarle la rapidez, ya que no será necesario buscar la tarjeta en la cartera, meter el PIN o esperar a que cargue la app bancaria porque con este sistema, el proceso se reduce a segundos, lo que mejora la experiencia de compra tanto en grandes superficies como en pequeños comercios.
Aunque todavía no hay una fecha oficial para su implementación generalizada en España, algunas fuentes apuntan a que las primeras pruebas reales podrían empezar en 2026 en supermercados, farmacias y tiendas de barrio, los cuales serán los primeros en sumarse, y una vez que funcione, la adopción masiva será solo cuestión de tiempo.
Mientras tanto, el uso de tarjetas de crédito sigue disminuyendo poco a poco frente a los pagos móviles y sin contacto. Solo hace falta remitirnos a los datos, ya que en el primer semestre de 2024, las operaciones sin efectivo en nuestro país crecieron más de un 11 %, superando los 6,1 billones de euros. Es decir, estamos cada vez más acostumbrados a no usar billetes… y ahora, también vamos camino de no usar tarjetas.