Como todo en la vida, las costumbres navideñas también se ven modificadas. Si antes gran parte del presupuesto se centraba en la compra de regalos, ahora la mayor inversión está en las comidas y cenas. Son muchas las razones que han llevado a esto, pero entre todas ellas destaca una: la económica. El aumento de los precios y las sensación de que cada euro es importante está empujando a muchos españoles a destinar parte del gasto a la gastronomía. En España lo tenemos claro, hay que reorganizar prioridades, ajustar el gasto y decidir en qué merece la pena gastar y en qué no tanto.
Aumenta el gasto en comida, disminuye en caprichos
Para la navidad de este 2025, que llega muy pronto, el gasto de cada familia en alimentación subirá de manera considerable, un 30% de media más por hogar. No es ni mucho menos una subida pequeña y tiene su explicación en el encarecimiento de casi todo lo que está relacionado con las comidas festivas: mariscos, pescados, carnes especiales, turrones, bombones, vinos… A pesar del aumento, son muchos los que están dispuestos a asumirlo ya que se considera como un gasto inevitable, casi emocional.
Mientras que hay un aumento en el presupuesto destinado a la gastronomía, otros gastos quedan en un segundo plano: la decoración y caprichos como por ejemplo una vestimenta para los días señalados de la Navidad. Esto hace que también se planifique con mayor antelación, se comparen los precios y las compras estén más repartidas durante los días previos para no dejar todo para el último momento.
Se redefine el concepto de regalo
Aunque el número de regalos sigue siendo alto, sobre todo para los más pequeños de la casa, la cantidad se reduce. Este año, gran parte de los españoles reconoce que limitará el presupuesto de regalos o que gastará menso que en años anteriores. No es que desaparezcan, pero se transforman. Ahora no se buscan regalos impulsivos y sí aquellos que son prácticos o tienen una recarga emocional. Es un cambio que viene de semanas de comparación de precios, de aprovechar descuentos y de buscar alternativas que no disparen el presupuesto.
En este paso influye, claro está, la edad. Los jóvenes siguen apostando fuerte por los regales, pero los adultos y las familias con más responsabilidades económicas prefieren recortar en los regalos para sostener el que tienen que hacer en alimentación.
Una Navidad más planificada y casera
La palabra clave que muchos destacan para estas navidades es la de la “planificación”. La mayoría de los consumidores deciden anticipar compras, comparar con calma y aprovechar promociones. No sólo lo hace por el ahorro, también porque las fiestas se vuelven, más que nunca, hogareñas. Un 40% de los españoles que otros años viajaba por estas fechas ahora decide quedarse en casa con la familia, lo que implica un mayor gasto en comidas, mayor organización y más presupuesto destinado a la mesa y a los encuentros en casa.
También hay que destacar que los hipermercados vuelve a ser el gran punto de referencia para llenar la despensa los días festivos. Allí crecen las visitas y se concentra el mayor gasto, sobre todo por la amplitud de la oferta y las promociones que están lanzando para compensar la subida de precios.
Puede que estemos ante una Navidad más prudente, casera y mucho más calculada, pero lo que está claro es que será, mínimo, igual de emotiva que las anteriores. Lo que se prioriza es la reunión, charlar y reír con la familia y amigos. Los regalos no pierden pese, sí la presión por comprar de manera impulsiva.
