Es oficial: Glovo genera una polémica con sus riders al acogerse a este viejo convenio para regularizarlos

Los contratos directos de Glovo siguen llegando a los trabajadores que empieza verse en la posición de elegir sus horarios, con base a la cantidad de horas que trabajaban a la semana cuando eran autónomos. Mientras se firma, ha aparecido una sorpresa por parte de la compañía. Y es que la misma informó que los nuevos contratos están diseñados sobre el Convenio Colectivo Estatal de Mensajería de 2006, asumiendo, eso sí, los aumentos desde entonces al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Como consecuencia de ello, muchos repartidores ven la necesidad de plantearse un convenio propio, sobre todo porque para muchos de ellos la sensación es que con los nuevos contratos le dan peores condiciones que cuando eran autónomos.

Un conflicto social por parte de Glovo

La realidad es que Glovo ha tenido que hacer este proceso a una velocidad de crucero por la situación de la Ley Rider. Desde la empresa esperan tenerlo terminado antes del verano y recuerda que las contrataciones se hacen para resolver un conflicto social, porque a pesar de las acusaciones, consideran que cumplían con el perfil de autónomo tal y como lo define la ley actual.

Adherirse al convenio de mensajería de 2006 les permite algunas exigencias sobre sus trabajadores, como solicitar un vehículo de motor a los repartidores que debe estar en perfectas condiciones para opera.

Un convenio previo a su existencia

Si algo llama la atención de este convenio es que está pensando para un mundo en el que no existían las empresas de entrega a domicilio como se conocen en la actualidad. Estaba pensado, en aquel 2006, para servicios como correos o para trabajadores contratados de forma puntual por diferentes empresas. Nadie podía imaginar a un repartidos con su bicicleta y mochila.

Así, son muchas las voces que están planteando un nuevo convenio, a la vez que tendrá que ser revisado con lupa por todas las partes que estén involucradas. Sólo viendo por encima lo que hace la empresa con los trabajadores de forma directa y comparando con otros contratos ofrecidos por otras compañías, se nota que hay grandes diferencias entre unos y otros.

Todos tienen claro que es muy difícil resolver los problemas de la plataforma Glovo de un día para otro. Es un proceso que se está haciendo contrarreloj, por lo que es normal que aparezcan detalles a resolver por el camino e incluso después de completar las contrataciones. En la actualidad, hay movimientos tanto para revisar los contratos como, en algunos casos, para evitar la tercerización de los mismos.

Miedo al verano por parte de los repartidores

Si hay algo que preocupa a los repartidores de grandes ciudades como Madrid y Barcelona es que el proceso siga abierto en los meses de verano, una de las épocas más complicadas para ellos. Los viajes, el buen clima que hay y la falta de eventos deportivos que mantenga a los usuarios en casa frente al televisor, son un castigo para trabajadores que antes de esta situación dependía de manera única de su facturación para llegar a fin de mes.

A todo esto hay que añadir la situación que siguen viviendo como profesionales autónomos. Estos trabajadores se enfrentan a una realidad todavía más delicada, pues aseguran que el algoritmo de la plataforma ha empezado a dejarles de lado y muchos de ellos depende de este trabajo ya que operan con cuentas subarrendadas sin que Glovo las pueda controlar. Incluso muchos han cambiado a la compañía Uber Eats, que opera con autónomos aunque es cuestión de tiempo que se vean obligados a tomar una decisión similar a la de Glovo para poder seguir operando en España.