Es oficial: el Gobierno vuelve a poner sobre la mesa si España debe tener el mismo horario que Portugal

España podría volver a tener el mismo horario que Portugal, y el Gobierno ya lo ha puesto en conocimiento de todos gracias a una propuesta que no es nueva, ya que se arrastra desde hace décadas, especialmente en Galicia, donde el desfase horario se nota más. Ante la pregunta de si es viable o no este cambio, lo único que podemos decir es que la respuesta no es sencilla, porque aunque podría corregir algunos problemas en regiones del oeste peninsular, también traería consigo complicaciones de coordinación con el resto de Europa y hasta con la propia rutina social española.

En la práctica, España mantiene desde 1940 un huso horario que no le corresponde por posición geográfica, ya que deberíamos estar alineados con el horario de Londres y Lisboa, pero seguimos la hora de Berlín. Esta decisión, tomada en plena dictadura franquista como medida “temporal”, nunca se corrigió y, desde entonces, se ha convertido en un tema recurrente de debate: ¿vivimos con un horario que no nos corresponde? Y sobre todo, ¿qué implicaría adaptarnos al de Portugal?

Un debate histórico sobre el huso horario

Si queremos entender un poco más sobre este tema, primero debemos echar la vista atrás, ya que en un principio, hasta 1940, en nuestro país teníamos el mismo huso horario que Portugal, es decir, el de Greenwich; algo que cambió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando gran parte de la Europa Occidental se alineó con el horario de Berlín, lo que España también hizo. Esta decisión se mantuvo desde entonces.

Así que en nuestro país, de manera natural el sol no coincide con nuestra hora oficial, motivo por el que durante los inviernos en Galicia amanece mucho más tarde de lo que sería esperable, mientras que en verano el sol se pone tan tarde que no es raro ver todavía luz después de las 10 de la noche, provocando un desajuste en los horarios laborales, escolares y hasta televisivos.

Los gallegos han reclamado en numerosas ocasiones un cambio de huso horario. Partidos políticos como el BNG han llevado propuestas al Congreso, y en 2016 hubo incluso un consenso en Galicia para pedir la vuelta al horario de Portugal. Pero nunca se materializó, porque el Gobierno central defendió que mantener el horario de Europa Central nos facilita la coordinación económica con países como Francia o Alemania.

Los argumentos a favor y en contra del cambio horario

Aquellos que defienden volver al horario de Portugal esgrimen como argumentos que sería una forma de recuperar la coherencia con el sol y mejorar la conciliación familiar, ya que gracias a este cambio más ajustado con la luz natural, evitaríamos los madrugones con oscuridad en invierno y se adelantarían cenas y rutinas, acercándonos a un estilo de vida más saludable y equilibrado.

En el lado contrario, aquellos que rechazan este cambio de hora, defienden que el huso actual funciona mejor para el conjunto de España, gracias a que en otoño e invierno las tardes son más largas, algo que desde luego beneficia tanto al comercio como al ocio; a lo que hay que añadir esa supuesta mejor coordinación económica, política y empresarial con Europa Central.

Hay otro punto que suele pasar desapercibido, y son los hábitos sociales españoles. Aunque cambiáramos al horario de Portugal, es muy probable que nuestras costumbres no se alteraran tanto, es decir, que seguiríamos cenando tarde, trabajando hasta las tantas y alargando las jornadas más allá de lo que marca el reloj. Como ya señalaba en el siglo XIX el ingeniero Sandford Fleming, “los hábitos sociales no se modifican solo por ajustar el reloj”. Y en España eso se cumple a rajatabla.

Lo cierto es que el debate sobre el horario en España parece eterno, ya que cada vez que se plantea, genera polémica y opiniones encontradas. Y aunque parece lógico pensar que volver al huso de Greenwich nos acercaría más a la realidad solar, también es verdad que adaptarse implicaría cambios profundos en la forma en que organizamos nuestras vidas.

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