Son muchos los ciudadanos españoles que aspiran, y desean, llega a la edad de jubilación y cobrar una pensión por parte de la Seguridad Social. Cuando llega ese momento, salta la sorpresa al recibir su nueva nómina, puesto que descubren que la cantidad de dinero que perciben al jubilarse es menor de la que esperaban cuando hicieron las cuentas. Y es que no tuvieron en cuenta que una parte de la pensión queda retenida por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de la Agencia Tributaria.
Uno de los pensamientos erróneos sobre la jubilación es pensar, como hacen muchos, que al jubilarse se dejan de pagar impuestos. No es así. Las pensiones que son contributivas, aquellas derivadas de cotizar a lo largo de la vida laboral, se clasifican con rendimientos del trabajo y, según la normativa, están sujetas a este concepto.
Esto quiere decir que cuando un pensionistas recibe el pago de su pensión, la Seguridad Social tiene que practicarle una retención que se anticipa a la tributación del último ejercicio. Ahora bien, el hecho de que se haga una retención de ese dinero no quiere decir que, cuando se inicia la campaña de la Declaración de la Renta, este deba, de forma obligada, hacerla. Eso sí, si no la hace Hacienda se quedaría con esa parte de la pensión.
¿Qué cantidad se queda Hacienda?
El porcentaje que retiene Hacienda depende de varios factores, no solo de la pensión. Además del a cuantía anual de esta también se tienen en cuenta otras rentas que pueda percibir el titular, sus circunstancias familiares y personales y los tramos de IRPF que se aplican según la normativa vigente.
De este modo, hasta 12.000 euros anuales, la retención es del 1% aproximadamente. Cuando las pensiones están entre los 12.001 euros y los 18.000 euros la retención sube al 2,61%. Para pensiones entre los 18.001 y 24.000 euros, un 8,59%. En el siguiente tramo, que va desde los 24.001 euros a los 30.000 euros, la retención es del 11,63%. A partir de los 30.0001 euros, la retención es siempre la misma, un 15,59%.
Es importante saber que cada comunidad autonómica puede aplicar unos rangos diferentes.
¿Hay personas que están exentas de pagar?
La única forma de estar exento de pagar, o pagar muy poca cantidad, es cuando las pensiones anuales brutas son muy bajas o bien forman parte de pensiones que están exentas del IRPF, como es el caso de las reconocidas por gran invalidez o bien por incapacidad permanente absoluta.
Por otro lado, aquellos que tengan una situación personal o familiar favorable, sí podrían beneficiarse de algunas retenciones reducidas, como por ejemplo por discapacidad o por familia numerosa.
¿Se puede reducir lo que se queda Hacienda?
Existen diversas estrategias para que los jubilados puedan reducir su retención e incluso mejorar el resultado de cara a la Declaración de la Renta. Una de ellas es la de modificar el porcentaje de retención, algo que la Seguridad Social permite a los pensionistas. Se aumenta y esto puede ser una buena estrategia si se prevé que se tendrá que realizar la Declaración, para que no haya que realizar un pago elevado e incluso esté la posibilidad de que devuelvan dinero.
Otra opción es la de revisar la situación personal y familiar de la unidad, para ver si habría alguna reducción en las retenciones. En ocasiones, bien por parte de las comunidades autónomas o a nivel estatal, un pensionista podría acogerse a algunos descuentos o rebajas en la retención por discapacidad, familia numerosa, etcétera.