A sus 77 años, tras casi tres décadas cotizando a la Seguridad Social, un jubilado ha visto rechazada su solicitud de pensión contributiva por un motivo que puede alarmar a unos cuantos que se encuentren en ese mismo caso, y es no haber cotizado en los últimos 15 años antes de pedir la jubilación. Su caso ha reabierto el debate sobre la inflexibilidad de ciertos requisitos y ha servido de aviso para quienes creen que lo único que necesitan es sumar años trabajados para garantizarse el tener una pensión el día de mañana cuando dejen el mercado laboral.
El problema no estuvo en los 30 años cotizados, sino en que su última aportación fue en 2004, y es que al presentar su solicitud en 2022, la Seguridad Social determinó que no cumplía con lo que se conoce como “carencia específica”, es decir, tener al menos dos años de cotización dentro de los 15 previos a la solicitud de la pensión. Esta condición es tan obligatoria como la de haber cotizado un mínimo total de 15 años, denominada como la “carencia genérica”, por lo que veamos en este artículo qué es lo que ha pasado en este caso y cómo podría solucionarse.
La Seguridad Social y los requisitos que pueden dejarte sin pensión
La Ley General de la Seguridad Social (LGSS) establece, en su artículo 205.1 b), que quienes soliciten la pensión contributiva de jubilación deben acreditar una cotización reciente y, en este caso, al no haber trabajado desde 2004, el solicitante quedó fuera del requisito temporal exigido.
Aunque en primera instancia un juzgado de lo social en Bilbao le dio la razón, reconociendo su derecho a pensión, la Seguridad Social apeló, lo cual hizo que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco revocase la decisión y, más tarde, el Tribunal Supremo desestimó el último recurso presentado. El motivo que se dio es que no se había demostrado que existiera una situación idéntica a la de una sentencia anterior, invocada por el jubilado.
Este caso ha generado cierta alarma, sobre todo entre personas mayores que, tras una larga vida laboral, dejaron de cotizar por enfermedad, desempleo o por cuidar de familiares, ya que sin los dos años de cotización reciente, la pensión puede quedar ser denegada, independientemente del resto de años trabajados.
Qué puedes hacer para no perder el derecho a tu pensión
Aunque todo esto es preocupante, existen ciertas alternativas que la Seguridad Social pone encima de la mesa para quienes se encuentren en una situación similar a la de este jubilado, es decir, para quienes no se encuentren dentro del mercado laboral pero quieran seguir cotizando y no perder la posibilidad de acceder a una pensión. La primera de ellas es suscribirse a un convenio especial, gracias al cual se le permite a la persona realizar aportaciones voluntarias a la Seguridad Social, incluso sin estar trabajando, y así mantener la carencia específica activa.
La segunda posibilidad es que hagan cotizaciones voluntarias por medio de actividades puntuales o trabajos a tiempo parcial, como por ejemplo en el caso de las personas que cuidan a familiares dependientes, ya que estas también pueden acogerse a convenios especiales financiados por el Estado y seguir cotizando tiempo de cara a recibir una pensión.
Este caso real, aunque excepcional, tan solo nos demuestra que perder una pensión es más fácil de lo que parece si no se cumple estrictamente con todos los requisitos, ya que a día de hoy, muchas personas en edad próxima a la jubilación desconocen que, por no haber cotizado recientemente, podrían quedar fuera del sistema. Y, por desgracia, de momento no se planea que haya cambios en este aspecto.
Por eso, si estás cerca de la edad legal de jubilación y tienes lagunas en tus últimos años cotizados, te recomendamos que tomes ciertas medidas a tiempo, ya que la pensión, al fin y al cabo, no es un derecho garantizado solo por haber trabajado muchos años, sino que también es necesario cumplir con los criterios que marca la ley en el momento exacto en que se presenta la solicitud.