Es probable que, justo después de sacar la ropa de la lavadora, hayas cerrado la puerta de este electrodoméstico, ya sea porque te pone nervioso tenerla abierta o porque hay niños o mascotas en tu casa y no quieres que se metan dentro o trasteen con ese aparato. Pero debes saber que, hasta cierto, este inocente gesto puede estar haciendo que tu factura de la luz sea más alta de lo que debería, ya que cuando cierras el tambor de la lavadora, humedad que queda atrapada favorece la proliferación de moho y bacterias, lo cual implica que el rendimiento de la misma sea peor y que se dispare el consumo eléctrico, llegando hasta los 120 euros adicionales al año.
Pero es que no solo te enfrentas a todos esos problemas, ya que al hacer esto, las gomas de sellado y otros componentes internos se desgastan más, por lo que las averías y los malos olores por culpa de, simplemente, cerrar la lavadora, serán el pan de cada día, con todos los gastos y molestias que esto acarrea. Es por ello que en este artículo te vemos a contar cómo puedes evitar hacer esto y todos los problemas a los que te puedes enfrentar por hacer este gesto.
Por qué cerrar la lavadora inmediatamente es un error
Si cierras la puerta de la lavadora inmediatamente después de usarla, estás dejando al tambor sin ventilación, por lo que la humedad que se ha quedado después del ciclo de lavado no puede salir del electrodoméstico y queda atrapada durante horas. Este ambiente tan húmero es el lugar perfecto para que el moho y otras bacterias crezcan felices y contentas, ya que tienen todo lo que necesitan para proliferar, y las cuales no solo afectarán a la limpieza de tu ropa, sino que también la máquina sufrirá consecuencias negativas por ello.
Además, las gomas de sellado, que mantienen la hermeticidad entre el tambor y la puerta, se deterioran más rápido, por lo que con el tiempo, notarás malos olores y una menor eficiencia en cada lavado. La consecuencia directa es, básicamente, ciclos más largos y un gasto energético que sube como la espuma, ya que una lavadora con piezas dañadas necesita más tiempo y electricidad para calentar el agua y completar el lavado, lo que puede disparar la factura entre un 10 % y un 15 %.
Cómo ventilar la lavadora y ahorrar hasta 120 euros al año
El método para evitarlo no podría ser más sencillo, ya que como podrás intuir basta con dejar la puerta de la lavadora abierta durante al menos dos o tres horas tras cada uso. Esto permite que el interior se seque y se oxigene, reduciendo la humedad persistente y previniendo la formación de moho.
Si tu lavadora está situada en un rincón sin ventilación directa, lo recomendable es dejarla ligeramente entreabierta de forma permanente y, aunque puede que no sea lo más estético, los beneficios económicos y de higiene que tiene superan por mucho cualquier inconveniente visual. Con este hábito evitarás:
- Hasta 120 euros al año en electricidad extra.
- Más de 100 euros en cambio de goma de sellado.
- Hasta 250 euros si se daña el tambor.
Además del ahorro económico, ventilar la lavadora asegura que tu ropa salga oliendo a limpio y reduce el consumo de agua, ya que los ciclos son más eficientes cuando la máquina está en buen estado.
Este pequeño gesto también contribuye a prolongar la vida útil del electrodoméstico, y todo ello porque al reducir el desgaste de las piezas y prevenir averías, no solo ahorras dinero en reparaciones, sino que también evitas el impacto ambiental asociado a la fabricación y transporte de nuevas máquinas. Una lavadora bien cuidada trabaja mejor y gasta menos, un beneficio directo para tu bolsillo y para el planeta.