Puedes tener esta moneda que vale miles de euros en tu cartera: busca este defecto de imprenta

Aunque a algunos nos pueda parecer increíble, hay ciertas monedas que podemos encontrar en nuestros bolsillos que pueden llegar a valer cientos o miles de euros debido a alguna característica concreta que presenta, la cual puede ser que pertenezca a una tirada en la que solo se han hecho unos cuantos ejemplares o por motivos de fallos en el proceso de acuñación. Esto último quiere decir que en el momento en el que a esta se le “imprimían” los relieves en los que podemos ver tanto su valor nominal como ciertos dibujos característicos de cada país ha ocurrido un error, algo que hace que rápidamente se pare dicho proceso.

En estos casos nos encontramos con que dichas monedas pueden llegar a valer mucho dinero en el mundo de los coleccionistas de estos objetos, el cual se denomina numismática, ya que nos encontramos con las dos circunstancias que las convierten en piezas raras: pocos ejemplares y algo característico que solo tienen dichos ejemplares.

Es por ello que siempre es adecuado revisar los cajones de nuestras casas o nuestras carteras, ya que no solo las monedas antiguas como las pesetas pueden ser valiosas, sino que una moneda de euro también puede llegar a tener un valor alto para los coleccionistas. Veamos en este artículo el caso concreto de una moneda de dos euros, la cual ha llegado a costar hasta 5.000 euros en ciertas subastas, por lo que podrías llevar una fortuna en tu bolsillo sin saberlo.

La moneda francesa de 2 euros que te puede dar mucho dinero

Entre los casos más conocidos nos encontramos con el de la moneda de dos euros de Lituania o la moneda portuguesa de 2002, las cuales han generado gran interés entre la comunidad numismática, pero hay uno todavía mejor: la moneda de dos euros emitida en Francia en 2001 que presenta errores en su impresión. Dicha pieza, tal y como hemos dicho antes, puede alcanzar hasta los 5.000 euros en ciertas subastas enfocadas en los coleccionistas de monedas, un dinero que a nadie le vendría mal tener a cambio de algo que en principio solo valdría dos euros.

Para ponernos un poco en contexto de las razones que han llevado a este objeto a costar tal cantidad, hay que empezar por decir que el diseño de la primera serie de piezas de euro que se pusieron en circulación en Francia fue seleccionado entre más de 1.200 propuestas, de las que finalmente se se erigió como ganadora la creación del artista Joaquín Jiménez. En esta moneda, en la parte del reverso (la que comúnmente se conoce como cruz), podemos ver representado un árbol dentro de un hexágono, acompañado por el lema republicano francés: Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, Igualdad, Fraternidad).

Es justo en esa zona donde encontramos los ya mencionados errores de acuñación que vuelven a estas piezas tan valiosas para los coleccionistas, los cuales van desde defectos en las imágenes de las estrellas (algunas de ellas aparecen desalineadas o incluso sobresalen del borde dorado de la moneda) hasta errores en el año de emisión que aparece en ella (este número se encuentra mal alineado o presenta un relieve irregular), pasando por otros detalles que también sobresalen al borde plateado característico de estas monedas, como los números “0” de la fecha de emisión.

Debido a estas características tan particulares de algunas piezas de esta moneda francesa de dos euros, los ejemplares de la misma pueden llegar a costar la friolera de 5.000 euros en las subastas, siempre y cuando se encuentre en un estado de conservación prácticamente perfecto. Nuestra recomendación es que si tienes dudas acerca de una moneda que tengas en tu poder ya que has detectado alguna cosa que no debería estar ahí, la lleves a un profesional, ya que estos podrían decirte mucho más acerca de su valor verdadero.