Es habitual ver a una persona bajarse de su vehículo en una estación de servicio y ver como se echa combustible antes o después de pasar por caja. Ocurre cuando no se ve a un trabajador de la gasolinera alrededor o está atendiendo a otro vehículo, por lo que puede tardar más de la cuenta. La intención no es mala, ni mucho menos. Se puede pensar incluso que se hace un favor a los dependientes, pero todo lo contrario. Porque en este tipo de instalaciones el único persona autorizado por hacer uso de los surtidores son los profesionales que trabajan en la gasolinera.
Sólo el trabajador puede hacerlo
La competencia de precios en el sector de la gasolinera ha provocado que en sólo una década haya aumentado el número de gasolineras en las que el cliente debe echarse el combustible. Son las que conocidas como de autoservicio.
En las mismas, hay diferencias también, dos tipos. Están las que cuentan con personal de asistencia en la zona de cobro y las que no tienen ningún tipo de trabajador, de manera que los conductores no sólo tienen que ponerse el carburante, también tiene que cobrarse en los propios surtidores mediante el pago con tarjeta de crédito.
La diferencia según el tipo de establecimiento
De acuerdo a la normativa, los dos tipos de gasolineras anteriores no tienen la misma consideración. Hay diferencias importantes entre ellas. Según establece el Reglamento General de Circulación, las gasolineras de autoservicio deben disponer siempre de guantes para los usuarios y de papel para limpiar el combustible que se pueda derramar mientras que se echa combustible al coche.
Por tanto, tal y como establece el Reglamento de Circulación, este tipo de establecimientos deben estar identificados como tal tanto en el exterior como en cada uno de los surtidores, para no caer en el error.
En cuanto a las gasolineras que no funcionan con autoservicio, el único persona autorizado para manejar los surtidores son los empleados de las mismas, que deben contar con una cualificación específica ya que se trata sustancias inflamables.
Si una conductor decide usar el surtidor por su cuenta y repostar su propio coche, estaría cometiendo una infracción similar a la de hablar por teléfono móvil en la misma instalación, que está sancionada con 100 euros de multa. Eso sí, este tipo de sanciones no se suelen aplicar de manera habitual.
Cada vez más presentes
Desde la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia se ha puesto de manifiesto el gran crecimiento que están teniendo las estaciones de servicio denominadas como desatendidas, en las que los clientes se autoabastecen.
Muchos expertos consideran que el modelo desatendido “ha proliferado de manera significativa en los últimos años” y que no ha parado de crecer especialmente desde 2020”. La prueba está en que “en 2019 había 449 estaciones de servicio y años después ya contamos con más de 1.678 gasolineras low cost. Las que más han crecido y representan más de la mayoría son las que están desatendidas durante más del 75% del tiempo”.
Este auge no ha pasado desapercibido para los grandes nombres de este negocio y cada vez más estos están apostando por estaciones de servicio sin personal: “El incremento del número de estaciones desatendidas durante el primer semestre fue de 217 instalaciones y posteriormente se incorporaron a la red española casi 100 nuevos puntos de venta”. Cuando se analizan estos datos, la concusión es que “muchas de las que estaban en régimen de atendido o autoservicio pasaron a ser desatendidas al menos en un parte de su horario de apertura”.