El negocio tiene que ir más allá de la pantalla. Así lo han entendido en Netflix, que han dado un paso al frente en su estrategia para combatir a Disney. Ahora no lo harán sólo con contenido en la plataforma de streaming, también presentarán batalla físicamente con el primer centro de entretenimiento de la compañía, situado a en una localidad cercana a Filadelfia, el Netflix House.
Hablamos de un complejo equivalente a un estadio fútbol y en el que sus visitantes pueden recorrer réplicas de escenarios de series como Miércoles, El juego del Calamar o Strangers Things. Otros puntos de interés son un ‘Scape Room’ basado en One Piece o un campo de minigolf de nueve hoyos con tecnología de seguimiento automático de bolas con recorridos tematizados con series como Bridgerton, además de salas de realidad virtual.
A todo ello, añadir un restaurante con platos inspirados en serios y un teatro con 229 butacas para proyecciones. Desde Netflix no paran, porque tras esta apertura ya se trabaja en una segunda sede en Dallas, que abrirá este diciembre, y una tercera en Las Vegas, prevista para el año 2027.
Mucha variedad y constante movimiento
La flexibilidad del modelo está más que demostrada y se vio antes de la inauguración. El éxito de Las guerreras K-pop pilló por sorpresa a los responsables de la instalación, pero su presencia fue incorporada al recinto sobre la marcha con figuras de tamaño real de sus protagonistas e incluso con merchandising incluido.
Esto, la posibilidad de cambio en cualquier momento es uno de los puntos fuentes de proyecto ya que se pueden incorporar bombazos de audiencia de última hora, para que se disfrute de una experiencia que respire cierta vida propia.
El origen no está en Estados Unidos
Este concepto que explota Netflix tiene raíces británicas. Por ejemplo, Fabien Riggall fundó Secret Cinema en 2007 con la idea de hacer realidad su destino infantil de “vivir dentro de una película”. En su primer evento reunió a 400 personas en un túnel ferroviario abandonado para proyectar una cinta cuyo título se mantuvo en secreto hasta el último momento, con escenarios y actores decorados para dar ambiente. Desde entonces, la compañía ha recaudado más de 130.000 libras para organizaciones benéficas, con instalaciones cada vez más complejas y espectaculares.
En el año 2000 ya existía Punchdrunk, un colectivo de teatro inmersivo en el que el público no se limitaba a observar de forma pasiva la obra, sino que iba por un recorrido por espacios donde se desarrollaba la acción. Ambos lugares han hecho que la ciudad de Londres se consolide como epicentro mundial de estas experiencias interactivas.
Rivales por delante
Netflix acaba de aterrizar, pero sus rivales llevan décadas explotando instalaciones de este tipo. Disney es el ejemplo más claro dada su larga experiencia en parques de atracciones y con un presupuesto de 60.000 millones de dólares para su división de experiencias en la próxima década. En cuanto a Universal, invirtió 7.000 millones en su recién estrenado Epic Universe, que se basa en franquicias como Harry Potter o Super Mario.
El primer paso de Netflix
No se trata de un experimento aislado para Netflix. La plataforma ha cambiado su estrategia y necesita ampliar su radio de alcance tras tocar techo en el número de suscriptores. Así, ha llegado a acuerdos con cadenas de cine en Estados Unidos y eventos deportivos van a ser parte importante de su oferta. Así, ha manifestado su objetivo de abrir hasta 25 de estas Netflix House en todo el mundo.