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Muchas son las personas que muestran alivio al dejar a un lado el uso de la mascarilla aunque otro sector de la población puede no estar tan entusiasmado y ver esta medida algo precipitada. No solo por estar desprotegidos y correr riesgo de contagio, sino también por la ansiedad social y la timidez de volver a mostrar el rostro a los demás.
Son estos dos grandes grupos los que suelen verse afectados por el síndrome de la cara de vacía. El primero al sentir pánico desde el momento que se retiran la mascarilla y se encuentran en un espacio público con el riesgo de infectarse. Esto lo experimentan personas que han tenido una experiencia desagradable o traumática con el virus, hospitalización, pérdida de algún ser querido etc.
Volver a enseñar el rostro a los demás
Respecto al segundo grupo son las personas que muestran ansiedad por volver a enseñar el rostro a los demás. Esto afecta principalmente a los jóvenes y a aquellas personas con problemas de autoestima que vieron en el uso de la mascarilla una forma de cubrir los posibles cambios físicos que sufren, o algunas imperfecciones en la piel que los hacían sentir inseguros.
La ansiedad social puede afectar a quienes sienten más temor del habitual a ser evaluados, se sienten inseguros ante la opinión que los demás puedan tener de ellos y es que el uso de las mascarillas hacía que las personas pasar más desapercibidas dando una sensación de falsa seguridad. El uso de las mascarillas ha hecho que personas se sintieran más cómodas consigo mismos, o en determinados espacios, de forma que al quitársela es posible experimentar un mayor temor al rechazo ser evaluados.
Recomendaciones si padeces este síndrome
Los expertos señalan que, así como la sociedad normalizó el uso de la mascarilla para el uso diario. Cuando llegue el momento de que no sea necesario su uso serán capaces de normalizar el no utilizarla. Como el no sentir incomodidad por ver que otros no la portan.
Se recomienda dejar de usar la mascarilla de forma progresiva. Es decir, acudir a lugares donde se sientan más seguras y retirarse la mascarilla una pequeña cantidad de tiempo para poco a poco ir habituándose a la nueva realidad.
Si lo que provoca ansiedad es compartir o estar en un espacio con muchas personas. La recomendación es acudir primero a lugares menos transitados o donde hayan grupos reducidos.
Es normal que las personas experimenten estas sensaciones después del tiempo que hemos convivido con la mascarilla. Es necesario dar tiempo y respetar los ritmos para enfrentar el cambio, ir poco a poco hasta sentirse cómodo, cómoda.