El tema de los alquileres es algo que no solo genera un descontento social, sino también muchas dudas sobre la legalidad o ilegalidad de muchas prácticas, tal y como pasa con el tema de la fianza y sobre lo que se puede o no hacer con ella. Y no es para menos, ya que suele generar muchos conflictos entre arrendadores e inquilinos, siendo que los primeros quieren quedársela a toda costa y los segundos, que se les devuelva de la manera más íntegra posible.
No han sido pocos los vídeos subidos a las redes sociales de antiguos inquilinos compartiendo sus experiencias sobre prácticas abusivas que hacían sus caseros para no darles el dinero correspondiente a la fianza, saliendo incluso noticias de que se habían encontrado blogs en los que los propios arrendadores se daban tips y consejos para lograr que la cantidad que se correspondía con esta siguiese en sus carteras.
Como vemos, es un tema controvertido, por lo que para evitar que esto pase, muchos se plantean la posibilidad de que la fianza sirva para para pagar el último mes de alquiler pero, ¿es esto legal? ¿Hay alguna cláusula en los contratos que pueda avalar esto o no? Todo esto lo veremos a continuación en este artículo.
La fianza en el alquiler: qué es y cómo saber si puedo pagar el último mes con ella
En primer lugar, debemos saber muy bien qué es la fianza, ya que debido a las diversas comisiones o cantidades adicionales que pueden llegar a pagarse a cambio de que te permitan estar de alquiler en un piso, puede generarse confusión. La fianza es una cantidad de dinero que el inquilino entrega al arrendador al inicio del contrato como garantía, de tal modo que en caso de que haya desperfectos que excedan el desgaste normal o cualquier impago relacionado con la vivienda, se pueda cubrir con dicha cantidad.
Según lo que se expone en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el arrendador tiene la obligación de depositar la fianza en el organismo correspondiente de cada comunidad autónoma y, al finalizar el contrato, esta le debe ser devuelta íntegramente al inquilino en un plazo de 30 días como máximo (siempre y cuando no haya desperfectos, obviamente).
Como la fianza es igual a un mes de alquiler, muchos pueden pensar que esta puede llegar a servir para pagar la última mensualidad, algo que no es correcto y que no se encuentra avalado por la ley, llegando a ser ilegal en muchas ocasiones ya que incumple el contrato de arrendamiento establecido. Esto se debe a que la función de la fianza es la de responder económicamente ante los ya mencionados desperfectos o impagos, lo cual puede suponer una pérdida para el propietarios del inmueble, derivando esto en un posible conflicto legal. En caso de esto ocurriera, el inquilino no solo debería hacer frente al impago de la mensualidad correspondiente, sino que también podría incluir intereses o costes adicionales.
Cuáles son nuestras recomendaciones para los inquilinos y los propietarios
Con el fin de evitar un conflicto entre ambas partes, lo ideal es siempre que tanto inquilinos como propietarios lleven a cabo ciertas buenas prácticas a la hora de gestionar la fianza, entre las que se incluyen el leer bien el contrato de alquiler (ya que aquí suelen aparecer las condiciones sobre la fianza y su devolución), solicitar que se haga un inventario detallado en el momento inicial del contrato, llevar a cabo un acta de entrega al finalizar el alquiler y, en caso de que el propietario decida no devolver la fianza o parte de la misma, solicitar los justificantes de las reparaciones que justifiquen ese dinero de menos.