Ni muslo ni pechuga: esta es la parte más sabrosa del pollo según los expertos

En el amplio mundo de la gastronomía, el pollo es uno de los grandes e indiscutibles protagonistas. Pero no todos tienen claro cuál es la mejor parte, las más deliciosa y jugosa. La duda recae entre el muslo y la pechuga. La mayoría no busca otra opciones, por que las hay aunque la gran parte de sus consumidores no lo consideren así.

El contramuslo, el gran desconocido

El contramuslo es la parte superior del muslo del pollo, situada justo debajo de la pechuga y a su vez por encima de la pata. Por tanto, al estar en dicha posición, combina lo mejor de ambos: la jugosidad que ofrece el muslo y la ternura de la pechuga. Todo por su equilibrada proporción de carne y grasa, que le permite ofrecer una textura suave y un sabor intenso, convirtiéndolo en la elección predilecta de muchos chefs y expertos en la cocina.

Los beneficios culinarios que ofrece el contramuslo

De esta parte del pollo se puede sacar mucho partido a la hora de crear un plato delicioso. Entre sus beneficios encontramos:

  • Sabor y jugosidad

La mayor cantidad de grana intramuscular en el contramuslo aporta un sabor más rico y una textura más jugosa en comparación con otras partes del pollo.

  • Versatilidad en la cocina

Es ideal para diversas preparaciones. Lo podemos añadir en asados, guisos y hasta en frituras y parrillas. Su carne se mantiene siempre tierna y sabrosa después de cocciones prolongadas.

  • Valor nutricional

Es verdad que contiene un poco más de grasa que la pechuga, pero el contramuslo sigue siendo una fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales esenciales para una dieta equilibrada.

La polémica de la industria avícola

Cuando se habla de las diferentes partes del pollo no se puede obviar un fenómeno que ha generado mucha preocupación entre sus consumidores y expertos, las estrías blancas. Se trata de esas líneas de grasa visibles en la carne, sobre todo en pechugas, que son asociadas con una alteración muscular que ocurre cuando los pollos son criados para crecer rápidamente en poco tiempo.

A pesar de que no representan un riesgo directo para la salud, sí repercuten de manera negativa en la calidad del producto. Y es que la carne con esas alternaciones tiende a ser más dura y por tanto menos jugosa, con un contenido de grasa más alto. Este fenómeno es sólo un reflejo de prácticas intensivas en la cría de pollos, sino que también ponen en duda el impacto de estas técnicas en el bienestar animal.

Por esta razón, entre otras, piezas como el contramuslo, que están menos afectadas por este problema por su menor protagonismo a la hora de la venta, se posicionan como una opción más natural y sabrosa para quienes desean tener una mayor calidad en el plato.

¿Cómo seleccionar el contramuslo ideal?

Si quieres disfrutar de una excelente pieza de contramuslo, estos son algunos consejos para elegirlo:

  • Color: la carne debe tener un color rosado uniforme, sin decoloraciones.
  • Textura: debe ser firme y húmeda, pero no pegajosa.
  • Olor: un aroma fresco y suave es señal de buen estado.

¿Cómo lo podemos preparar?

  • Se puede combinar con hierbas, especias y un toque de ácido, como limón o vinagre, para potenciar su sabor.
  • Cocción adecuada. Se debe cocinar a fuego medio para garantizar una textura jugosa y sabrosa.

En definitiva, hay que apostar por el contramuslo, una pieza que no tiene el protagonismo de otras pero que puede convertirse en lo más destacado de un plato por su sabor más auténtico.